“Gina, allá se fue
Kevin a ‘chuchoriar’ (pescar)”. Esa alarma de los vecinos en el
Triunfo de la Cruz, hace 12 años, marcaba el día a día en el hogar del
medallista panamericano Kevin Mejía, quien desde los ocho años buscaba llevar el sostén a su casa.
Las playas de esa comunidad de Tela son testigos de las múltiples aventuras de este deportista de alto rendimiento, que hace dos semanas inmortalizó su nombre al ganar la única medalla de plata de Honduras en un deporte individual en este justa.
VER: FOTOGALERÍA DE KEVIN MEJÍA MEDALLISTA DE PLATA
Y es que a
Kevin siempre le gustó marcar la diferencia. “A las 4:00 am me iba de la casa a pescar sin avisarle a mi mamá, nunca me gustaba que faltara algo, así estuvo hasta los 13 años cuando me fui a
Tegucigalpa a seguir los pasos de mi hermano
Jefrin en la lucha grecorromana”, cuenta orgulloso el deportista.
VER: FOTOGALERÍA DE KEVIN MEJÍA MEDALLISTA DE PLATA
“No voy a negar que me enojaba cuando me decían que se había ido, pero siempre regresaba con un montón de pescados y ya hasta se me olvidaba”, cuenta Gina Mejía, madre y principal razón de Kevin para lograr todas sus metas, entre ellas, la medalla que consiguió en los Juegos Panamericanos de Toronto.
Cuando
Kevin tenía 13 años se vio influenciado por su hermano
Jefrin, quien ya tenía varios años de estar en la lucha. “Yo lo miraba y quería seguir los pasos de él, así que decidí que me iba a Tegucigalpa a prepararme”, cuenta en su casa mientras sale su abuela Balvina, quien muy orgullosa apapacha a uno de sus 47 nietos, especial porque como ella cuenta “siempre ha sido muy bien portado”.
VER: FOTOGALERÍA DE KEVIN MEJÍA MEDALLISTA DE PLATA
“No ha sido fácil porque casi siempre me toca estar fuera de la casa, ahora estoy acá por primera vez en este año, pero todo sacrificio vale la pena porque se ha logrado la medalla en los Panamericanos”, señala.
