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Mexicano Antonio Margarito no soportó el castigo de Miguel Cotto

El puertorriqueño revalidó el título de campeón superwelter de la AMB.

2011-12-04

El púgil puertorriqueño Miguel Cotto vivió en el Madison Square Garden, de Nueva York, la noche deseada desde hacia tres años al vencer por nocaut técnico en el noveno asalto al mexicano Antonio Margarito para revalidar el título de campeón del peso superwelter, versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

El triunfo no sólo tuvo para Cotto el premio de seguir siendo campeón sino que también logró vengarse de la derrota sufrida en julio del 2008 ante Margarito, en Las Vegas, cuando le quitó el invicto, y lo dejó nocáut en el undécimo asalto.

Esta vez, Cotto llegó con la lección aprendida y dio una exhibición de boxeo para además castigar con dureza al púgil mexicano. Por eso cuando el árbitro de la pelea, Steve Smoger, decidió pararla antes que comenzase el décimo asalto, por indicación del médico responsable del cuadrilátero, Anthony Curreri, de no seguir, Cotto se acercó a la esquina de Margarito para mirarlo fijamente, en tono despectivo.

'Simplemente lo mire y disfrute de la victoria que había conseguido', declaró Cotto. 'Él no significa nada para mi. Estoy aquí con toda mi gente, mi familia. Él no es nada para mi', repitió.

SE PREGUNTA POR LOS GOLPES DE MARGARITO

Cotto, de 31 años, también dijo que nunca había sentido el castigo de Margarito y que no tenía pensado nada sobre su futuro, ya que ahora lo que iba a hacer era descansar un par de semanas con su familia y luego podría hablar de la próxima pelea.

El boricua consiguió buenas combinaciones y presumió de buen manejo del directo de izquierda, sin pararse nunca contra las cuerdas y girar todo el tiempo sobre la figura de Margarito, que iba para adelante, pero no podía atacar ni hacer daños con sus golpes abiertos.

El intento de Margarito por emparejar las puntuaciones se vio anulado con el poder de puños del puertorriqueño, que ya había abierto el camino del triunfo y la venganza.

Sólo faltaba que sus golpes al ojo derecho de Margarito completasen el trabajo de dejarlo sin visión para que el médico tomase la decisión de parar la pelea y pudiese revalidar el título de campeón.

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