Bill Russell, una de las grandes leyendas de la NBA y ganador de un récord de 11 títulos con los Boston Celtics, falleció este domingo a los 88 años, informaron familiares y la propia NBA.
“Bill Russell fue el mayor campeón en todos los deportes de equipo”, le reconoció el comisionado de la NBA, Adam Silver, en un comunicado. “Los innumerables reconocimientos que obtuvo por su histórica carrera con los Boston Celtics -incluyendo un récord de 11 campeonatos y cinco premios MVP- solo empiezan a contar la historia del inmenso impacto de Bill en nuestra liga y en la sociedad en general”.
Además de su excepcional trayectoria en las pistas, Russell fue también un emblema deportivo de la lucha contra el racismo y por los derechos civiles en Estados Unidos.
Bill Russell, el dominante pívot que logró un récord de 11 campeonatos como piedra angular de la dinastía de los Boston Celtics, enfrentó el racismo en la década de los sesenta para convertirse en la primera estrella negra de la NBA.
Russell, que falleció el domingo a los 88 años, fue reconocido con cinco premios al Jugador Más Valioso (MVP) de la NBA y fue capitán de la selección estadounidense que conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Melbourne en 1956.
Pero el mítico ‘center’ no solo es recordado por completar una vitrina inigualable de títulos sino por revolucionar el juego defensivo de la NBA, con niveles de rebotes y tapones nunca antes vistos.
En 1957, con 23 años, Russell conquistó su primer anillo y entre 1959 y 1966 acumuló ocho más consecutivos. En ese último año fue nombrado jugador-entrenador, siendo el primer técnico negro en el deporte estadounidense, y en esa faceta logró sus dos últimos títulos en 1968 y en 1969, año de su despedida de los Celtics.
Russell fue también el primer jugador negro en ingresar en el Salón de la Fama del básquetbol en 1975 y recibió la Medalla Presidencial de la Libertad en 2011 por su trayectoria en el deporte y los derechos civiles.
Nacido el 12 de febrero de 1934 en Monroe (Louisiana), la familia de Rusell se mudó a Oakland (California) cuando tenía ocho años. Su madre falleció cuatro años después y no pudo ver como su hijo Bill ganaba dos títulos de instituto estatales y dos universitarios con la Universidad de San Francisco, después de ser rechazado por otros centros educativos por su color de piel.
El equipo de la Universidad de San Francisco fue el primero en alinear a jugadores negros, lo que generó en ese entonces burlas racistas en los partidos e incluso el rechazo de hoteles a aceptar a huéspedes con ese color de piel, lo que llevó a que todo el equipo durmiera en residencias universitarias.
“Nunca me permití ser una víctima”, dijo Russell. Al pívot se le negó el reconocimiento al mejor jugador de la región tras ganar el título universitario en 1955 lo que le llevó a centrarse más en los logros de su equipo que en los individuales.
“Aquello me hizo saber que si los aceptara (los premios individuales) como los jueces finales de mi carrera, moriría como un viejo amargado”, explicó.
El pívot retrasó su debut en la NBA para disputar los Juegos Olímpicos de 1956, liderando a la selección estadounidense con promedios de 14,1 puntos por partido. En su primera temporada en la NBA, la 1956/57, Russell ya generó un impacto en la liga con 14,7 puntos y 19,6 rebotes por juego y sumó su primer anillo de campeón con los Celtics.
En 1958 consiguió su primer premio MVP pero una lesión en el pie influyó para que el equipo verde cayera en las finales. Al año siguiente comenzó el histórico recorrido de ocho anillos consecutivos de Russell y sus Celtics.
Pero la gloria deportiva tenía el reverso amargo del racismo imperante, que provocaba que Russell y sus compañeros vieran muchas veces como no se podían hospedar en hoteles durante sus partidos de exhibición en algunos estados del país.
Estos incidentes hicieron que Russell, a su vez, desairara a los buscadores de autógrafos y se negara durante años a agradecer los aplausos.