Además, en la misma fecha, se agrega en Tegucigalpa la del ex delantero Jorge Humberto Zapata (42), y dos días después en San Pedro Sula, la del recordado volante de contención Juan Alberto Padilla “El Ninja” Bardales, así como la de cualquier otro ex futbolista cuya desaparición física no haya trascendido, nos hacen preguntarnos el por qué los ex futbolistas también son víctimas de esta terrible enfermedad.
OBESIDAD, INFLAMACIÓN CRÓNICA, DETERIORO INMUNOLÓGICO Y COVID-19:
Desde el inicio de la pandemia se demostró que los factores de riesgo que más dramáticamente impactan en la severidad del Covid-19 eran la edad avanzada y la obesidad.

Está bien reconocido que la nutrición está íntimamente relacionada con el sistema inmunológico y el riesgo de padecer de una infección severa. Durante esta pandemia de Covid-19, la necesidad de una dieta balanceada para fortalecer el sistema inmunológico en su lucha contra la infección está más demostrado que nunca.
Nuestro sistema inmunológico siempre se encuentra en actividad, sin embargo, esta actividad se incrementa cuando una persona se infecta. Este aumento de actividad se acompaña de un aumento en el metabolismo que requiere un aumento en las fuentes de energía, las cuales se obtienen de una dieta saludable. Un suplemento adecuado de una gran cantidad de nutrientes es esencial para lograr la función óptima del sistema inmunológico.
A medida que envejecemos, nuestro sistema inmunológico se debilita, haciéndonos más susceptibles a las enfermedades. Con el paso de las décadas, el sistema inmunológico se ve “corrompido” por un proceso de inflamación progresivo y sistémico, el cual se acelera aún más cuando una persona es obesa. Asimismo, la pandemia nos ha resaltado el hecho de que, la obesidad puede disparar y exacerbar cambios inmunológicos similares, aun en los adultos jóvenes.
En un cuerpo sano y delgado, el tejido graso juega un papel positivo como reservorio de energía y como reservorio de células del sistema inmune. En cambio, cuando la persona se vuelve obesa, el tejido graso se vuelve disfuncional, secretando hormonas y otras señales químicas, las cuales promueven un estado de inflamación crónica.
Este estado efervescente, frecuentemente observado en las personas de edad avanzada y en los obesos, aumenta el riesgo de padecer de condiciones crónicas inflamatorias como ser enfermedades autoinmunes, ciertos tipos de cánceres y enfermedades del corazón, pulmones, páncreas, estómago y sistema reproductivo. Además, los hace más predispuestos a sufrir de enfermedades infecciosas, en especial el Covid-19.
DIETA INFLAMATORIA Y COVID-19:
Una mala alimentación juega un papel muy importante en aumentar la inflamación. La dieta occidental, ahora llamada dieta pro inflamatoria, compuesta por carnes rojas, carnes procesadas o vísceras, lácteos, carbohidratos refinados (harina blanca y azúcar), pero con bajo contenido en fibra y micronutrientes saludables, es en sí misma un factor de riesgo para sufrir un estado de inflamación crónica, en especial en personas obesas.

ACTIVIDAD FÍSICA Y COVID-19:
Por último, ya está bien demostrado por la ciencia médica que la falta de ejercicio físico (sedentarismo), es un factor de riesgo independiente para padecer un Covid-19 severo (ver, “Una buena condición física atenúa la mortalidad en los hospitalizados por Covid-19”), por lo que el ejercicio reduce el riesgo de mortalidad no sólo por Covid-19, sino que por todas las causas y enfermedades específicas.
Conclusión:
El ex futbolista debe de alimentarse sanamente y hacer ejercicio durante toda su vida. El indicador más visible de que la cosa no anda bien es el aumento de peso. Bueno, en realidad, esto no es sólo para los ex futbolistas, sino que para todos. El que tenga oídos para oír, que oiga.