Jurgen Klopp sobre Josep Guardiola
Jugamos al fútbol porque sentimos la necesidad de relacionarnos con aquellos que creamos una relación y si con aquellos que jugamos, hacemos bien las cosas cuando disponemos del balón; surge este juego. Somos relaciones y conexiones, pero mucho más importante: somos receptores de información.
Es así como vemos partidos como las que vivimos ayer domingo 3 de octubre del 2021 entre el Liverpool de Jurgen Klopp y el Manchester City de Josep Guardiola. Entrenadores que se han hecho mejores enfrentándose entre ellos, han logrado identificar debilidades propias para potenciar a sus futbolistas en la que actualmente es la mejor liga del mundo: La Premier League.
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Debemos escribir sobre superioridades para describir que cosas pasaron ayer en el juego. Quiero destacar desde el inicio la superioridad cualitativa de Mohamed Salah y Bernardo Silva, jugadores que no solo saben organizarse ellos para su propio juego, desde donde son superiores a sus rivales, sino que además inciden positivamente en el juego.
Hacer énfasis en que el proceso de creación, diseño y evolución de un modelo de juego potencia al individuo y al colectivo siendo así como podemos percibir equipos de fútbol tan distintivos como el Liverpool de Klopp y el City de Guardiola.
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De los reds sabemos que su gegenpressing y su manera de transitar momentos de forma directa y efectiva. Del City sabemos identificar su salida de balón y su circulación de balón. Ayer logramos sentirnos recompensados futbolísticamente, porque no solo nos hicieron pasar un buen rato, pero también y lo más importante; aprendimos.
Cuando el fútbol es bien jugado gozamos y profundizamos todos, nos hace mejor a todos lo que rodeamos este juego. Ayer cumplieron los que juegan, los que dirigen y los que todavía creemos que pueden existir individuos que potencian al colectivo y viceversa. Juegan este hermoso juego de relaciones.
Gaspar Vallecillo Castro