A los aztecas les daba buen resultado, sobre todo en lo económico. Otros países de Latinoamérica también se habían aventurado con este novedoso y atractivo esquema.
De inmediato fue un éxito en cuanto a ingresos. Más que todo para los cuatro grandes que llegaban más seguido a etapas finales logrando dos veces en un año taquillas imponentes.
Los duelos de semifinales y gran final eran un éxito en cuanto a recaudación. Era emotivo tener duelos de eliminación directa y finales dos veces al año. No había duda, el formato funcionaba a la perfección.
Con el paso de los años toda la región centroamericana terminó adoptando el mismo formato y hasta el día de hoy se mantiene con niveles de éxito económico muy distintos. Claro, dejando a un lado este tiempo de pandemia.
Pero ya antes de la pandemia, en nuestro país el formato de dos torneos anuales había dejado de ser rentable en lo económico. Quizá la mayor ventaja sea para los equipos con menos recursos ya que les permite pagar menor cantidad de meses de planilla considerando que estos clubes terminan cumpliendo con su participación en 3 meses por cada torneo totalizando 6 meses por año.
En formato de torneo largo por año de fútbol tendrían que pagar un total de 9 meses aproximadamente.

Eso en cuanto a lo económico. En lo competitivo el formato corto ha sido aprovechado al máximo por un club; Olimpia. Mientras sus rivales tradicionales se dormían y parpadeaban, los albos comenzaron a ganar y ganar extendiendo su predominio de copas levantadas a niveles muy difíciles de alcanzar. Le sacan casi el doble de títulos a su más cercano perseguidor y haciendo las matemáticas, pensar que alguno siquiera se le va a acercar, parece un sueño de esos inalcanzables.
Pero también fue aprovechado por clubes llamados pequeños para lograr cosas importantes.
Honduras de El Progreso tiene un título en su historial además de un subcampeonato. Real Sociedad llegó a finales y si bien es cierto no pudo ganarlas, el segundo lugar es algo que merece ser destacado. Y también bajo este formato los escualos del Platense tocaron el cielo con su segunda estrella venciendo en la final al Olimpia con gol de oro.
