Entendiendo que este deporte es un juego donde los individuos condicionan el contexto y el mismo contexto los condiciona a ellos, vamos a abordar la temática de hoy.
En la portería el debate que se quiso instaurar fue quién jugaba, si Edrick Menjívar o Luis López, lo tenía muy claro Fabián Coito, el jueves ratificó al portero del Real España como portero titular de la Selección.
López ofrece una condicionante extra al juego del equipo de todos: su interpretación. Es un portero que además de todos sus reflejos sabe jugar con precisión con sus compañeros cercanos e intermedios. Unos hábitos potenciados en su equipo.

Kevin Álvarez por derecha parece mostrar ritmo de juego, ser responsable en coberturas y en los momentos defensivos en la zaga.
Diego Rodríguez nos hace preguntarnos por qué no juega en el Motagua y como muchos jugadores formados en las reservas del Olimpia muestran una buena interpretación del juego. Mérito total del seleccionador en identificar sus capacidades siendo este suplente en su equipo.
En la zaga también encontramos a Maynor Figueroa como defensa central, el capitán de la Selección posiblemente jugó uno de sus mejores partidos de este proceso, imponiéndose en muchas situaciones, ofreciendo ayudas y sus característicos cambios de orientación.
A su par encontramos a Marcelo Pereira que con una actuación regular parece no convencer todavía, un futbolista lento en muchas acciones defensivas. Salió en el segundo tiempo por una lesión.

Cerca de Deiby jugó Alex López, que brindó un rendimiento no esperado, que incidió poco en el juego y no pudo influir en zonas significativas en el campo. Desde la forma en que se concibe el modelo de juego de la Selección de Honduras, López seguramente es el responsable de crear superioridades a las espaldas de los rivales; casi no generó ese principio de juego.
Por los costados, Fabián Coito ubicó a Rigoberto Rivas y a Jonathan Rubio, jugadores que desde mi punto de vista son diferenciales, con el solo hecho de ser formados en Europa, Rigoberto formado en la primavera, reservas, del Inter de Milán y Rubio en Marcet, uno de los mejores centros de tecnificación del fútbol europeo.
Rivas cuando la Selección Hondureña disponía del balón no fue el que nos tiene acostumbrado o el que esperamos muchos, pero al momento de recuperar ofrecía ayudas constantes a sus compañeros.
Por su parte a Rubio se le activó muy poco, no recibía en condiciones favorables para jugar su mejor fútbol. Su volumen de juego fue condicionado negativamente por la poca influencia significativa en el juego de Alex López, quien, desde la forma que concibo el modelo de juego de está Selección; era uno de los indicados para construir juego y encontrar a sus compañeros cercanos.
Una de las características que se muestran del modelo de juego de la Bicolor, es que los jugadores talentosos ofrezcan sus capacidades futbolísticas para sus compañeros, esto lo entendió a la perfección Antony Lozano, ofreciendo constantes apoyos en zonas intermedias, esas zonas entre líneas de los rivales, a la Selección de Estados Unidos le costó mucho identificar sus movimientos. Solo exigirles goles a Lozano es limitar su juego.

Entre los jugadores que ingresaron de cambio destaca el juego de Edwin Rodríguez, que juega para construir juego y ser quien en algún momento pueda conducir el juego de la Selección de Honduras.
Ever Alvarado estuvo a destiempo en muchas situaciones defensivas. Boniek perdió la marca en el gol, pero ofrece salida de balón y superioridad socio afectiva junto a Maynor en la zaga. Bryan Acosta tuvo una participación acorde a su rendimiento mostrado en la MLS. Siento que con Jhow Benavídez se busca un jugador que reciba siempre como hombre libre por el carril central.
Entendiendo que este juego es un juego donde los individuos condicionan el contexto y el mismo contexto los condiciona a ellos, abordamos la temática de hoy.
Gaspar Vallecillo Castro
@gasparvc_