El desarrollo de un videojuego es un proceso largo y complejo, que requiere la colaboración de un equipo de desarrolladores altamente especializado. En el caso de The Last of Us, el proceso de desarrollo fue especialmente desafiante debido a la ambición y la innovación que los desarrolladores buscaban en el juego.
No por nada, The Last of Us es tenido hoy en día como un juego que redefinió lo que eran los videojuegos como un vehículo narrativo, con una alta carga cinemática, y que se prestaba a que el jugador experimentara la historia a través del personaje principal, siendo capaces, de una manera sumamente inmersiva, de formar parte de este viaje y desarrollo, de manera que, al rodar los créditos, el jugador terminara con un sentimiento de satisfacción, a la vez que de vacío.
El desarrollo de The Last of Us comenzó en 2009, poco después del lanzamiento de Uncharted 2: Among Thieves, otro juego exitoso de la compañía desarrolladora Naughty Dog. El director creativo del juego, Neil Druckmann, y el guionista principal, Bruce Straley, comenzaron a trabajar en una nueva idea: un juego de supervivencia ambientado en un mundo postapocalíptico. El objetivo era crear un juego que combinara una narrativa profunda con una mecánica de juego desafiante y emocionante.
Uno de los primeros desafíos que enfrentaron los desarrolladores fue definir la historia y el universo del juego. Los desarrolladores sabían que querían crear un mundo postapocalíptico en el que la sociedad había colapsado debido a una pandemia, pero no tenían una idea clara de cómo se vería este mundo. Para encontrar inspiración, el equipo de Naughty Dog realizó investigaciones en campos como la microbiología, la historia y la antropología, para entender cómo una pandemia podría afectar al mundo real.
Una vez que tuvieron una idea clara de la historia y el universo del juego, los desarrolladores comenzaron a trabajar en la mecánica de juego. El equipo de Naughty Dog quería crear una experiencia de juego desafiante y emocionante, pero también quería que fuera coherente con la historia y el universo del juego. Para ello, los desarrolladores experimentaron con diferentes mecánicas de juego, como la exploración, el combate y la supervivencia, hasta encontrar un equilibrio que se adaptara a la narrativa del juego.
La historia de The Last of Us se desarrolla en un mundo devastado por una pandemia que ha convertido a gran parte de la población en seres violentos y peligrosos conocidos como infectados. El jugador asume el papel de Joel, un sobreviviente curtido que debe escoltar a una joven llamada Ellie a través de este mundo peligroso. La narrativa del juego se centra en la relación entre Joel y Ellie, explorando temas como la pérdida, la supervivencia y la redención.
Otro aspecto clave del proceso de desarrollo de The Last of Us fue la creación de personajes. Los desarrolladores querían crear personajes que fueran complejos y realistas, con motivaciones y emociones creíbles. Para ello, trabajaron en estrecha colaboración con actores y actrices de voz, que dieron vida a los personajes a través de sus interpretaciones.
Finalmente, los desarrolladores enfrentaron el desafío de crear un juego que fuera coherente en todos sus aspectos. Desde la historia hasta la mecánica de juego, pasando por los gráficos y la música, todo debía encajar para crear una experiencia de juego unificada y coherente. Para ello, los desarrolladores trabajaron en estrecha colaboración en todos los aspectos del juego, desde el diseño de niveles hasta la composición musical.
En conclusión, el desarrollo de The Last of Us fue un proceso largo y desafiante, que requirió la colaboración y la dedicación de un equipo de desarrolladores altamente especializado. Los desarrolladores buscaron la inspiración en múltiples fuentes, experimentaron con diferentes mecánicas de juego y trabajaron en estrecha colaboración para crear una experiencia de juego auténtica y emocionante. El resultado final fue un juego que ha dejado una huella indeleble en la industria del videojuego.