El portugués mostró su lado más humano durante su estancia en Nápoles en horas previas al crucial juego contra el conjunto celeste por los octavos de final de la Liga de Campeones.
Según ha informado el Corriere del Mezzogiorno elportugués se encontraba dando una vuelta en el hall del hotel de concentración cuando vio una niña que esperaba en la puerta del establecimiento junto a su madre.
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Esta niña, con discapacidad, quería cumplir su sueño: conocer al delantero blanco y al resto de la plantilla del Real Madrid.
El portugués no quiere sorpresas ante el Napoli.
Real Madrid ha exigido a la dirección del hotel que nada perturbe la concentración de la plantilla madridista pero el futbolista rompió los protocolos. Los empleados del alojamiento tienen prohibido incluso realizarse selfis con los jugadores blancos.