La afición del
Real Madrid disfrutó de uno de los partidos más completos de su equipo esta temporada, con
victoria por 5-0 ante el Athletic Club de Bilbao, y enterró el extraño ambiente que existía con varios jugadores, especialmente con Iker Casillas, que hoy escuchó su nombre coreado desde las gradas tras dos intervenciones.
Regresaba Casillas al Santiago Bernabéu y nuevamente saltaba a escena el trato de su propia afición. Señalado por un sector que le silba hasta cuando para.
No jugaba en su casa desde el pasado 16 de septiembre, cuando fue titular ante el Basilea antes de que Carlo Ancelotti decidiese rotar en un partido de Liga, frente al Elche, y apostar por el costarricense Keylor Navas, que debutó oficialmente.
La remontada del Real Madrid en Liga -ha ganado las cuatro últimas jornadas- invitó a la afición blanca a apoyar desde el inicio. En esta ocasión no hubo división de opiniones cuando sonó el nombre de Casillas por megafonía, calando por fin el mensaje de unidad lanzado por el presidente Florentino Pérez en la última Asamblea General del club.
El inicio de partido en tromba del Real Madrid, el tanto tempranero del portugués Cristiano Ronaldo y la presión sobre un rival angustiado como el Athletic hicieron ver a la grada del Bernabéu que hoy iba a disfrutar. Y pasó a apoyar a jugadores a los que dedicaba silbidos de exigencia.
Foto: Diez
El francés
Karim Benzema llegaba de marcar un tanto que dio al equipo blanco el triunfo en Sofía el pasado miércoles en la segunda jornada de Liga de Campeones. Tras escuchar una queja en un mano a mano con Gorka Iraizoz, que perdonó sin saber que estaba en fuera de juego, respondió con un doblete. Desató esta semana su cara más goleadora.
También reaccionó el galés Gareth Bale, silbado en sus últimas intervenciones por egoísta y hoy hasta fue aplaudido en un fallo en un cambio de juego buscando al colombiano James Rodríguez porque antes había asistido en dos ocasiones a Cristiano Ronaldo.
El capítulo que estaba por cerrar y de mayor preocupación en el club era el de Casillas. Realizó su primera intervención a los dos minutos, atajando un disparo blando. Pese a la facilidad, ya escuchó aplausos. Era un cambio de dinámica. A los 23 ya se coreaba su nombre tras volar a un disparo lejano de Iker Muniain y a los 57 repitió parada a Ibai Gómez.
En ese momento algún aficionado se quejó de escuchar el cántico del Bernabéu, esos que tienen una cruzada personal contra su capitán al que silban hasta cuando realiza una acción brillante. Esa herida nunca tendrá cura.
Con la felicidad instalada de nuevo en el coliseo madridista se escuchó por primera vez un cántico al alemán Toni Kroos, al que despidieron en pie al ser sustituido. Y un año y medio después se coreó el nombre de un técnico. Carlo Ancelotti ya tiene canción. Ha costado.