Una 'suerte' que no es ajena en el repertorio del atacante celeste, que ya se enfrentó a dos duras sanciones en el año 2010, cuando militaba en Ajax holandés, y en 2013, ya en las filas del Liverpool inglés, por morder a un rival.
El primero en 'probar' la dentadura de Luis Suárez fue el centrocampista Otman Bakkal, que en noviembre de 2010 comprobó incrédulo cómo el uruguayo le clavaba los dientes en un hombro en un duelo de la Liga holandesa entre el Ajax, equipo entonces del jugador sudamericano, y el PSV Eindhoven, que le costó la suspención de nueve encuentros.
SUÁREZ LO HIZO DE NUEVO EN LA PREMIER LEAGUE
Un partido menos de suspensión de los que le costó a Suárez el mordisco que dio en abril de 2013 al defensa serbio del Chelsea Branislav Ivanovic y por el que fue castigado con diez partidos por la federación inglesa.
Circunstancia que impidió al internacional uruguayo debutar esta campaña en la Liga inglesa hasta cumplida la quinta jornada, tras un intenso verano en el que, convertido oficialmente en el 'chico malo' de la Premier League, parecía destinado a abandonar las filas del Liverpool.
Estrellato que Luis Suárez parecía destinado a ratificar en el Mundial de Brasil, donde el charrúa, tras perderse el primer choque con Costa Rica por lesión, anotó los dos tantos de la victoria (2-1) de Uruguay sobre Inglaterra.
Sin embargo, hoy Suárez volvió a ser protagonista por su versión más oscura, tras dejar una de las imágenes del torneo con el mordisco que propinó al defensa italiano Giorgio Chiellini cuando el marcador reflejaba un empate a cero que dejaba a los uruguayos fuera del torneo.
La eliminación la evitó unos minutos más tarde el gol del defensa Diego Godín, que situó a Uruguay, vigente campeón de la Copa América, en unos octavos de final de los que podría quedar fuera Luis Suárez si la comisión disciplinaria de la FIFA decide actuar de oficio.