Amr Warda fue considerado durante un tiempo como el sucesor de Mohamed Salah, estrella del Liverpool. Su habilidad para jugar como extremo y su rizado cabello alimentaban las comparaciones, además de ser protagonista en la selección egipcia para la Copa África 2017.
El mediocampista de 30 años ha desarrollado casi toda su carrera en Grecia, aunque fue denunciado y expulsado del combinado nacional en 2019 por un acoso sexual.
“Las mujeres deben ser tratadas con el mayor respeto. No significa no. Eso es así y debe seguir siendo sagrado, pero también creo que muchos que cometen errores pueden cambiar para mejor y no deben ser enviados directamente a la guillotina, que es la salida más fácil”, decía Salah, toda una vez autorizada en su país, sobre este caso.
Ahora Warda vuelve a ser noticia por un récord insólito. El pasado 12 de agosto firmó con el Raja Casablanca de Marruecos. Llegaba libre, pero no podía debutar. Doce días después rescindió su contrato por razones “psicológicas y personales”, según el club.
El 24 de agosto, el futbolista se fue a Chipre para incorporarse al Doxa Katokopias. Pero tampoco pudo estrenarse. Tenía preparado un vuelo privado, pero la policía no le permitió la entrada al país por supuestos problemas con el visado. Una versión que el propio egipcio desmintió: “Estoy teniendo ataques de pánico y voy al hospital”.
Más tarde viajó a Irán para ‘fichar’ por el Esteghal. “El dueño del Doxa (agente de Warda) quería pagar al jugador 140.000 euros y luego vendérnoslo por 250.000, obteniendo rápidamente un beneficio de 110.000 euros”, denunció Ali Khatir, presidente del equipo iraní. “El jugador firmó”, insistía el dirigente.
Pero tampoco pudo quedarse en Irán. Ayer, 20 de septiembre, se hizo oficial su fichaje por el Pharco de su país. La prensa local informó que Warda regresa la liga egipcia y estampa su firma por una temporada.
Raja Casablanca, Doxa y Esteghal ficharon al futbolista este verano, pero por diferentes motivos no lograron contar con sus servicios.