En el minuto 54, el central madridista vio la primera tarjeta por cometer una infracción sobre Kanazaki. Cerca del 93', el defensor cortó con una falta una contra del conjunto japonés. Sikazwe pitó la acción y se echó la mano al bolsillo, pero terminó por no enseñar una segunda cartulina que hubiera supuesto la expulsión.
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El lío fue mayor porque el colegiado estuvo a punto de amonestar a Casemiro, que no había tenido incidencia directa alguna en la jugada de la polémica. Ello causó una gran perplejidad en los jugadores japoneses, que protestaron airadamente el veredicto arbitral.
Uno de los que se sumó a las protestas fue el técnico del Kashima, Masatada Ishii, que afirmó que el colegiado 'no fue lo suficientemente valiente' por perdonar la expulsión a Ramos.
'Mis jugadores, desde el inicio del partido, fueron valientes y jugaron al máximo. Pero el árbitro quizás en un momento concreto no fue lo suficientemente valiente, y creo que eso es lamentable', finalizó.