Las frías montañas de Galvia donde se realizó la sexta etapa del Giro de Italia, y donde compitieron los mejores ciclistas del planeta, fueron los elegidos por el timonel barcelonista para mostrar que tiene habilidades sobre las dos ruedas.
Como era de esperarse, hizo frío, llovió y nevó, como suele ocurrir en los Dolomitas en esta época del año, pero eso no impidió que el estratega culé arrancará una marcha con otros aventureros.
Luis Enrique Martínez se hizo acompañar de los ciclistas amateurs David Rodríguez, Tomás Latorre, Miki Arpa, Jordi Cebrià, Carlos Nodar, Vicente López, Toñín Llorente, Antonio Alix, Felipe Martínez y hasta su asistente técnico Juan Carlos Unzué.
Luis Enrique y Unzué subieron 22 kilómetros con una pendiente media del 7.2 por ciento y rampas máximas del 15. La nieve dificultó aún más la excursión hasta el punto que el grupo se vio sorprendido por un alud a pocos metros de la cima que a punto estuvo de cortarles el paso por la carretera, como mostró el propio Luis Enrique en un vídeo que colgó en su cuenta de twitter.
La segunda etapa de las particulares vacaciones de Luis Enrique y Unzué fue aún más duras, ya que subieron dos de los puertos más inclinados de los Alpes Réticos, el Passo (Puerto) de la Foppa, conocido popularmente como el Mortirolo, y el Passo de Gavia, con sus 2,620 metros de altitud.