La triste historia de Nolito es que al nacer su madre no podía criarlo y tuvo que dejarlo con los abuelos del futbolista ya que su mamá tuvo que que ingresar a prisión.
“Me hice adicta al fumar heroína después de haber sido expulsada de casa después de una riña familiar cuando tenía 17 años y Nolito tenía 21 meses. Estuve con la gente equivocada. Yo robaba dinero para comprar drogas pero la mayor parte de mi dinero provenía de la prostitución. Mi pasado es mi pasado, pero nunca le dejé abandonado”, recoge el Daily Mirror sobre Rocío Agudo.
Tras salir en los medios de la imagen de Nolito pidiendo limosna, ha sido la abuela de Nolito, doña Dolores, para desmentir a su propia hija.
Nolito inició en el banco de suplentes hoy con España que ganó 4-0 a Macedonia.
Dolores asumió la custodia de Nolito cuando la madre del jugador entró en prisión en una época en la que tuvo que pedir ayuda a Cáritas para dar papillas a su nieto.
LA HISTORIA COMPLETA DE NOLITO Y SUS PADRES
El internacional español Manuel Agudo 'Nolito' (Sanlúcar de Barrameda, 1986) busca triunfar en la Premier con el fútbol callejero que le llevó a destacar en Primera División, así como a cumplir su sueño de jugar una Eurocopa con la selección española.
Hoy en el Manchester City se reencontró con Pep Guardiola, el técnico que le hizo debutar con el Barça, convertido en el traspaso más caro en la historia del Celta de Vigo, después de que los ingleses pagasen los 18 millones de euros de su cláusula, una cantidad superior a la que en su día pagó el Real Madrid por Míchel Salgado y Claude Makelelé.
En estos tiempos de un fútbol más físico y táctico, Nolito mantiene esa alegría de jugador callejero con la que aterrizó en las categorías inferiores del Barcelona, tras su paso por el filial del Valencia y el Ecija, donde se hizo famoso con su gol al Real Madrid en la Copa del Rey.
Su vida no ha sido nada fácil. Criado por sus abuelos, a los que considera sus verdaderos padres, Nolito se curtió en las pistas de fútbol sala de Sanlúcar de Barrameda, donde exhibía su descomunal talento a la vez que trabajaba como carnicero para ayudar económicamente a su familia.
Su madre biológica, que no pudo ocuparse de él por estar en prisión, tuvo que renunciar a su educación y entregó al niño a sus padres, a los abuelos de Nolito. Posteriormente ella estuvo recluso por problemas.

El abuelo de Nolito a quien considera como su padre verdadero.
Con 16 años cruzó la península para reforzar al Mestalla Valencia, pero sin el cariño familiar apenas aguantó un par de años en tierras levantinas. Regresó al Sanluqueño, y de ahí dio el salto al Écija para probarse en Segunda División B.
Su desparpajo, su tremenda calidad individual, lo convierten en un futbolista distinto. Maduró dos años en la categoría de bronce y en 2008 recibió la llamada con la que siempre soñó; él y su abuelo Manuel, al que dedica cada uno de los goles que marca, el que le inculcó valores como el esfuerzo y el compromiso, el que le convenció para alejarse de la barriada y centrarse en el fútbol.
Reforzó al filial azulgrana, donde coincidió con Luis Enrique, el técnico que le animó a cuidar la alimentación -'con él dejé de comer bocadillos, aprendí la importancia de cuidarse'- , y tuvo que esperar hasta octubre de 2010 para debutar con el primer equipo, dirigido por Pep Guardiola, quien ahora le convenció personalmente para que le acompañara en su aventura en la fría Manchester.
Sin sitio en el primer equipo del Barça, y camino de los 25 años, Nolito optó por hacer de nuevo las maletas. Escogió al Benfica, donde vivió una montaña rusa, sobre todo por sus desencuentros con el técnico Jorge Jesús. 'No confiaba mucho en mí', recuerda habitualmente el gaditano.

Cadiz, la ciudad donde Nolito tuvo una infancia austera.
Berizzo sustituyó a Luis Enrique en el banquillo celeste ese verano, y con el entrenador argentino continuó su progresión. Ganó riqueza táctica y se implicó más en labores defensivas, lo que no impidió que mantuviese su relación con el gol.
El 7 de noviembre de 2014 recibió la primera llamada del seleccionador, Vicente del Bosque, y once días después cumplió su sueño de vestir la camiseta roja. Lo hizo ante Alemania, precisamente en Balaídos.
A partir de ahí, los rumores sobre su salida del Celta fueron continuos. El verano pasado sonó con fuerza para el Everton, Atlético de Madrid y Valencia; en enero de este mes para el Barcelona. Su vuelta al Camp Nou estuvo muy cerca, pero la imposibilidad del club azulgrana de pagar su cláusula de rescisión -18 millones de euros- la frenó.
Era el gran deseo de Luis Enrique, pero su rendimiento con la selección, primero en los amistosos y después en los primeros partidos de la Eurocopa, animaron a Pep Guardiola a lanzarse a por él. Nolito prefería Barcelona al frío de Manchester, pero la llamada del técnico catalán lo cambió todo. Vivirá su primera aventura en la Premier, la segunda lejos de España.

Siendo juvenil del Barcelona comía muchos bocadillos y Luis Enrique le enseñó a cuidar su alimentación.