A pesar de su afición por deportes como el tenis, el béisbol y el baloncesto, el Papa León XIV no es ajeno al mundo del fútbol. Recientemente, a través de la agencia Lusa, se conoció su postura en una de las discusiones más recurrentes del deporte rey: Lionel Messi o Cristiano Ronaldo.
Según reveló José María Núñez, quien fue acólito de Robert Prevost durante su etapa como arzobispo en Perú, el actual pontífice valora profundamente la ética de trabajo del astro portugués. “El padre Robert Prevost sentía aprecio por los futbolistas argentinos, pero entre Messi y Cristiano, prefería al portugués. Destacaba su disciplina, su constancia y el esfuerzo que pone en superarse. Le impresionaba su capacidad para ir de menos a más”, explicó Núñez.
La relación del Papa con Portugal va más allá del fútbol. Según informó Patricia Campos, rectora de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo en Perú, el Pontífice también muestra interés por el cardenal portugués José Tolentino de Mendonça y es capaz de leer en portugués.
“Hace unos años, durante un viaje a Brasil, traje algunos libros de Tolentino en su idioma original. Como yo estudié en Brasil, leo en portugués, pero no sabía si él también lo hacía. Al ofrecérselos, le comenté que Tolentino debe leerse en portugués. Me respondió: ‘¿En portugués? Sí, yo leo’, y me pidió los libros para leerlos en su lengua original”, relató Campos.
NUEVO PAPA
Robert Francis Prevost, de 69 años, se ha convertido en el 267º ocupante del trono de San Pedro y será conocido como León XIV.
Es el primer estadounidense que ocupa el cargo de Papa, aunque se le considera un cardenal más latinoamericano debido a los muchos años que pasó como misionero en Perú.
Nacido en Chicago en 1955 de padres de ascendencia española y franco-italiana, Leo sirvió como monaguillo y fue ordenado en 1982.
Aunque se mudó a Perú tres años después, regresó regularmente a los EE. UU. para servir como sacerdote y prior en su ciudad natal.
Tiene nacionalidad peruana y es recordado con cariño como una figura que trabajó con comunidades marginadas y ayudó a construir puentes.
Pasó 10 años como párroco local y como profesor en un seminario en Trujillo, en el noroeste de Perú.