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En el primer tiempo el camiseta número 10 del equipo chico hizo una gran jugada, que derivó en un golazo merecedor de un premio Puskas, el dueño de ese mitico dorsal es el jugador Mario Ricardo.
Lo destacado no es el golazo del volante, si no la historia detrás de un jugador que en su niñez perdió un ojo debido a un accidente automovilístico.

Al jugar en tercera división, tiene otros trabajos. Según el portal Hoy, ayuda a su madre trayendo y llevando verduras desde el Mercado de Asunción.
Después de su gol contra el Cerro Porteño, varios aficionados han pedido el premio Puskas para el 'capitán' Ricardo, por su gran obra de arte y por su gran historia de vida.
Una vez más comprobamos que los límites en el fútbol no existen, Mario Ricardo es un ejemplo de vida, pese a la discapacidad que tiene en la vista cumplió su sueño de convertirse en futbolista profesional.