Internacionales
2014-03-23
El
Real Madrid-Barcelona no solamente fue un partido con 7 goles, sino de muchas ocasiones y también polémica.
Además de los penaltis y la expulsión de Ramos, una jugada estuvo a punto de recordar los peores momentos del clásico en la época Mourinho.
Ocurrió tras el primer gol de Messi, que suponía el 2-2. En la celebración, Pepe y Cesc se enfrentaron acababan en el suelo, donde ocurrió el gesto que en principio pasó inadvertido.
Busquets le pisó la cabeza a Pepe cuando el central madridista estaba en el suelo. Todo comenzó cuando Cesc picó a Pepe tras un golpe cuando acudía a festejar el gol con Messi, poco antes del descanso.
El internacional portugués reaccionó encarándose con Cesc y se generó un buen tumulto en el área del Madrid.
Cayeron al suelo tanto el centrocampista culé como Pepe, mientras compañeros de uno y otro se enzarzaban discutiendo.
En el suelo, Pepe recibió el pisotón de Busquets en la cabeza. La jugada terminó con amarillas para Cesc y Pepe, y la jugada no fue a mayores.
No hubo más problemas entre jugadores en lo que quedó de partido. Hubo ocho tarjetas, siete amarillas y la roja de Ramos, pero sin violencia en el partido.
Además de los penaltis y la expulsión de Ramos, una jugada estuvo a punto de recordar los peores momentos del clásico en la época Mourinho.
Ocurrió tras el primer gol de Messi, que suponía el 2-2. En la celebración, Pepe y Cesc se enfrentaron acababan en el suelo, donde ocurrió el gesto que en principio pasó inadvertido.
Busquets le pisó la cabeza a Pepe cuando el central madridista estaba en el suelo. Todo comenzó cuando Cesc picó a Pepe tras un golpe cuando acudía a festejar el gol con Messi, poco antes del descanso.
El internacional portugués reaccionó encarándose con Cesc y se generó un buen tumulto en el área del Madrid.
Cayeron al suelo tanto el centrocampista culé como Pepe, mientras compañeros de uno y otro se enzarzaban discutiendo.
En el suelo, Pepe recibió el pisotón de Busquets en la cabeza. La jugada terminó con amarillas para Cesc y Pepe, y la jugada no fue a mayores.
No hubo más problemas entre jugadores en lo que quedó de partido. Hubo ocho tarjetas, siete amarillas y la roja de Ramos, pero sin violencia en el partido.