Hoy, las lágrimas, el dolor, pasajes de angustia y gratos recuerdos tatúan el semblante de Ingrid Roxana Pavón, quien 16 años después sigue con el portón de su corazón abierto esperando el regreso del exguardameta de Real España y héroe hondureño, Milton “Chocolate” Flores que por 10 años fue su pareja hasta que su luz se apagó con una trágica muerte un 19 de enero de 2003.
La remembranza de su existencia sigue viviente como un mar de pensamientos que retumban la superficie de sus ojos al denotar su tristeza, al recordarlo y situarlo “como un sello en mi corazón imborrable” en su primera entrevista después de casi dos décadas de haber quedado viuda.
“Han sido 16 años sin olvidar todavía, siempre Milton Flores es un recuerdo constante. Una persona con la cual conviviste 10 años es difícil de olvidar”, dice Roxana Pavón en sus primeras palabras.
La vida de Roxana cambió tras conocerlo en un estudio de fotografía en Tegucigalpa donde consiguió trabajo gracias a Salvador Nasralla cuando apenas tenía 13 años, justo antes de su viaje a Mar de Plata en donde iba terminar siendo el héroe de aquella selección en los Juegos Panamericanos de 1995 que pusieron su nombre en lo más alto de fútbol latinoamericano.
“Milton llegó a la tienda a tomarse una foto para renovar su pasaporte, no quiso que nadie lo atendiera. Le dijo al encargado que lo atendiera yo, lo atendí y desde ese entonces no dejó de ir a la tienda y yo dije -Dios mío, a mí nunca me ha gustado un morenito-, pero la parte humana de él ganó mi corazón”, relató.
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Tras ese momento el corazón de Flores se rebosó de amor y le propuso matrimonio cuando ella apenas tenía quince años, después de seis meses de noviazgo.
“Lo hizo por teléfono, él me decía que no quería seguir viajando a Tegucigalpa para verme y que tampoco quería hablarme por teléfono porque quería estar a mi lado. En una de ellas me dijo -ya no podemos seguir así… ¿se quiere casar conmigo?, yo quedé en shock porque iba a cumplir apenas 16 años. Inmediatamente le dije que sí sin autorización de mi padre, no me arrepiento de haber sido la esposa de él”, comentó sobre la propuesta de matrimonio.
EL DÍA DE SU MUERTE…
Según narra Pavón, después de ello comenzaron a vivir juntos mezclados en signos de felicidad que forjaron el amor hasta que una noche de madrugada, una llamada a las cinco de la mañana la dejó perpleja… Chocolate Flores había sido víctima de un asesinato a sus 28 años a manos de supuestos pandilleros que hasta la fecha el crimen sigue en impunidad.
Horas antes de ello Chocolate Flores viajó a La Ceiba para disputar un encuentro ante el Vida el cual terminó en victoria para Real España 3-2. Flores no jugó, estuvo en el banquillo y “después que terminó el partido él me llamó por celular y me dijo -gorda me tiene abierto el portón- y yo dije está bien, no me dormí porque solía esperarlo. Llegó cierto tiempo en que me angustié mucho. Como él andaba en el carro, lo tenía en la sede, fui donde mi vecina (doña Gilma) y le pedí que me llevara para ver qué pasaba con Milton, era algo, un presentimiento que no lo puedo explicar. Ella me dijo -espérese un momento, me quedé en la acera de la casa (en colonia La Planeta)”
La espera se hizo larga, la agonía más grande y el sentimiento inexplicable mientras ella yacía en el borde de la calle de su casa con la mirada puesta en la última cuadra de la colonia con cada automóvil que hacían su ingreso. Pero no, Flores no aparecía en su Honda Civic color gris que solía conducir, hasta que el sonido del “ring, ring, ring” del teléfono de la vecina lo reveló todo.
'Yo dije -Milton-, escuché un grito de ella y me dijo -vecina, es para usted, ponga HRN-. Si tiene que decirme algo dígamelo, pero yo no voy a poner HRN -mataron a Milton, dijo-, así, yo quedé en shock, de repente todo mundo llegaba a la casa donde vivía con él y yo no lo podía creer”, dijo.
Para Roxana, el momento en que sepultó a el exfutbolista fue el día más duro de su vida y hasta el momento manifiesta que “he derramado muchas lágrimas por Milton. Después de su muerte estuve un mes pendiente con el teléfono en la mano esperando una llamada de él. Recuerdo que mi madre se acostaba a mi lado esperando que me durmiese. Me hacía la dormida para que ella se acostara esperando la llamada que nunca iba a recibir”.
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“Son 16 años, pero a veces entro a internet, miro sus fotos, entro a ver la noticia y duele. No era la forma en que él tenía que morir, él era un ser humano muy amado”, alzó entre signos de recuerdo.
EL AHORA DE ROXANA PAVÓN
La recordación de su vida al lado de Milton Flores sigue siendo los momentos más especiales para Roxana. “A pesar que no tuve hijos con él, quedé viuda a los 25 años. No me gustaría entrar en detalles el motivo pero después de él, lo mejor que me ha pasado ha sido el nacimiento de mis dos hijos”.
Además, sincera en que “sí existe el dolor todavía, pero lo han llenado mis hijos. A veces yo pienso qué pasaría si Milton estuviese vivo” y que después de él, pese haber tenido otra relación, no ha sido igual.
“Uno quiere que todas las personas que se acerquen a uno fuesen igual, que tengan el mismo trato pero por fin he llegado a entender que nadie se va a igualar a Milton, me voy a quedar con los mejores recuerdos de él. No me he vuelto a casar, he sido infortunada en el amor. Quizá he querido ver en otras personas a Milton Flores, él fue como un sello en mi corazón porque lo he comparado. Creo que por eso soy madre soltera, eso me ha causado problemas pero soy feliz con mis hijos, soy una guerrera”, manifestó.
El último obsequio de Flores fue una caja de zapatos, “le encantaba comprarme cosas, son detalles que nunca se olvidan”, en lo demás no dejó fortuna alguna, ni un heredero, salvo un seguro de vida del cual “16 años después no queda nada”.
Hoy Roxana radica en La Ceiba y es maestra en una escuela, “mujer luchadora, madre soltera, con dos hijos maravillosos. Con una familia espectacular que me apoya al mil por mil. Hoy Roxana es más noble de quien era antes, doy sin recibir nada a cambio, tenga o no tenga. Me gusta trabajar mucho”.
Su hijo mayor, Axel Pavón de once años, aunque no es heredero por sangre de Chocolate Flores, sigue sus pasos haciendo sus pininos como futbolista en la posición de guardameta siendo hincha de Real España.
Solo el tren de la vida dictará si en unos años lo estaciona en el mismo lugar donde brilló aquel jugador que se robó el corazón de su madre.
