El otro yo de los protagonistas de la Gran Final en Honduras

A veces el fútbol no lo es todo en la vida de un jugador, siempre se tiene que buscar por fuera ganar unos pesitos, como bien lo dice el popular jugador del Honduras Progreso, Jorge 'Ñangui' Cardona.

Y es que en esta Gran Final del fútbol hondureño hay varios jugadores, de ambos clubes, que antes tuvieron otra profesión.

Aunque varios siguen trabajando en ello, como es el caso de Johny Gómez y Carlos Sánchez, jugadores del Honduras Progreso que se dedican a la venta de palma en los lapsos fuera del fútbol.

Antes de incursionar en el deporte, Franklin Morales se dedicó al rubro del enderezado y pintura, mientras que Edwin León trabajaba como ayudante de bus en su natal Yoro.

El caso más conocido de todos estos es el de 'Ñangui'. El ribereño vende baleadas por las noches en El Progreso y antes fue albañil.

En Belice el portero Woodrow West era distribuidor de medicinas. Dilmer Gutiérrez, defensor del club progreseño es por oficio ebanista. Mientras que Ángel Tejeda, más que trabajo, era un hobby practicar el break dance.

Nos vamos al lado azul, donde nos encontraremos a un argentino que la hace de periodista. Sí, Sebastián Portigliatti escribe para un diario argentino y dedica unas horas a ejercer el periodismo, de alguna manera.

Henry Figueroa, defensor capitalino le gusta, aparte del fútbol, practicar el basquetbol. Hay otros casos más especiales como los de Marlon Licona e Irvin Reyna, jugadores que aprovechan su tiempo libre para predicar la palabra de Dios.

Wilmer Crisanto fue pescador antes de ser futbolista y Juan Pablo Montes, en su pueblo, Sulaco, Yoro, fue 'bultero'.

Ahora, todos estos jugadores tienen en frente una Gran Final del fútbol hondureño, donde, por supuesto buscarán ganarla.