Liga Nacional

Emilio Izaguirre ya disfruta su nuevo cargo como director deportivo de Motagua: “deseaba retirarme y tener una oportunidad rápido para no enfriarme”

El exlateral izquierdo habla de su nuevo cargo de director deportivo en Motagua. Recuerda una charla con Valdano y rememora cuando fue el espejo de tres jóvenes en el Celtic. ¿En qué consiste su función en el Azul?

2022-10-27

“Deseaba retirarme y tener una oportunidad rápido para no enfriarme, para no congelar lo que he venido haciendo en la parte deportiva”, revela Emilio Izaguirre, ya enfundado en el traje de su nuevo cargo en Motagua.

Por supuesto que esto significa que el retiro como futbolista es definitivo” y ya con los tacos colgados toca abrirse brecha en un mundo al que siempre soñó llegar. Su charla con Jorge Valdano y el ser el espejo en el Celtic de quien hoy juega en el Arsenal de Inglaterra, simplemente acentuaron un anhelo que traía desde muy antes el exlateral izquierdo. Horas después de ser oficializado en el Mimado, Emilio Izaguirre entra en un cara a cara con DIARIO DIEZ.

Lo escucho feliz, Emilio. Es algo que venía vislumbrando, ¿verdad?
“Ya estaba preparado, hace muchos años deseaba estar jugando y terminar la carrera de la dirección deportiva. Gracias a Dios se me abrieron las puertas y hay que trabajar duro, poner el nombre de Motagua en alto y luego el de Honduras”.

Emilio Izaguirre ya disfruta su nuevo cargo como director deportivo de Motagua: “deseaba retirarme y tener una oportunidad rápido para no enfriarme”

”De allí se sacan jóvenes valores para la Selección. Estoy agradecido con Dios, con el cuerpo técnico de Motagua, que tiene mucho que ver en esto y con la directiva. Estoy con ganas, pasión y amor a la institución de hacer bien las cosas”, dice Emilio.

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¿Desde cuándo empezaron las pláticas y cómo se da su llegada a Motagua?

Conocí al profe Hernán (la Tota Medina) empezando el torneo. Llevaba a mi hijo a reservas y todo Mundo sabía que yo ya no iba a jugar en Marathón y que estaba terminando los cursos de dirección y gestión deportiva. Le comenté a Bertani -preparador físico del Ciclón-, con quien estuve muchos años y fue quien me preparó; él me fue involucrando en reservas. Yo les comentaba a los profesores de primera lo que estaba haciendo y así se dio.

Muchos no saben que mientras jugaba llevaba de la mano los estudios... Estudié en una universidad de Barcelona, España, y allí fue el primer curso de dirección deportiva. Luego saqué el de Conmebol, que duró casi el año y todavía estoy allí, he sacado cuatro diplomas ahí. Quiero seguir especializándome en esa área.

En la Universidad Johan Cruyff nos estuvimos metiendo con Cristian Gamboa (jugador costarricense del Bochum de la Bundesliga), pero se cerró el curso por la pandemia. Allí son nueve meses y quiero finalizarlo. Deseo seguir estudiando para continuar enfocado en mi sueño de preparar atletas y tener equipos de alto rendimiento.

¿En qué momento de su carrera se dio cuenta que lo suyo no era ser técnico, sino director deportivo?

Creo que esto uno lo trae. Siempre tuve esa visión de querer aprender más de lo técnico, ayudar a toda una institución mediante esto de la dirección deportiva. Con “Lin” Zelaya crecí y siempre iba viendo su trabajo. Luego me fui al Celtic y siempre me apegué al director director deportivo del equipo, para saber cómo me había llevado y cómo era el área de ellos. Me fue motivando eso. Y en 2014 nos dio charla Jorge Valdano.

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Hablemos de esa plática de Valdano...

Me acuerdo que fue en Miami, antes del Mundial de Brasil 2014. Nos habló de cuando como director deportivo del Real Madrid contrató a los galácticos (Ronaldo, Zidane, Figo y Beckham) y nos dio el libro, que lo sigo leyendo. Después tuve de compañero a Cristian Gamboa, a quien también le gusta esta área. Lo hablábamos con él y fue creciendo mi deseo de seguir especializándome. Ahorita en Motagua espero que todo salga bien.

Supongo que esa charla de Valdano le acentuó más el deseo de querer ser director deportivo...

Sí, me apasionó eso. Y también me acuerdo que en Celtic en 2015 me dieron tres chicos para que entrenaran como yo, comieran lo que yo comía. Allí me di cuenta que yo no era para técnico, no era para estar dirigiendo, sino para otra cosa más grande. En dos años yo preparé a Kieran Tierney (defensa escocés), que lo vendieron por 50 millones de dólares al Arsenal. Así fue creciendo mi deseo por preparar atletas y tener la estructura, no solo de uno, sino de muchos para sacar al extranjero, de contratar buenos jugadores para el equipo. En cada área me iba especializando y llenando de pasión.

¿Le asignaron esos tres jóvenes para que usted fuera el espejo de ellos?

Ellos estaban en la sub 15 y sub 17 del Celtic. Son zurdos y empezaban a entrenar conmigo y a hacer todo lo que yo hacía porque miraban que yo era un jugador muy profesional en el ámbito. Ellos se pegaban, comían lo que yo comía y entrenaban como yo entrenaba. Siempre fui dedicado a ser bien profesional cuando era futbolista, entonces ellos me pedían consejos, escuchaban y lo hacían. Esa orientación me gustaría hacerla con muchos jóvenes de Honduras.

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¿Cuál será su función en Motagua?

Aquí están confundidos porque muchos piensan que soy técnico y otros creen que soy gerente. La parte administrativa es diferente a la deportiva. Tengo que trabajar de la mano de Fabián Ordóñez. Lo mío es lo deportivo. Escautear, analizar jugadores, contratar, gestionar y estar en la organización de los partidos. Son muchas cosas y poco a poco me voy a ir empapando de cada área, pero mi fuerte es en la gestión y escauteo de jugadores. Eso es lo que Motagua hará, tratar de vender jugadores en un año, por ejemplo: vender dos futbolistas en dos años. Esa es la idea: escautar y vender jugadores al extranjero.

Está claro que jugará un papel preponderante en el tema de fichajes...

Ese es el rol del director deportivo. Es algo que se analiza con el técnico. Si el entrenador me dice que quiere un volante derecho, yo le tengo que traer dos o tres opciones. Yo tengo que traerle la información de las lesiones, cuántos minutos jugó, amarillas, rojas y toda la información referente al jugador que quiera traer a Motagua.

¿Cuál será la estrategia de fichajes de Emilio?
Se basará en que debe haber un equilibrio entre juventud y experiencia, para el futuro de la institución. Depende de lo que quiera el entrenador.

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¿A qué mercados apuntará Emilio para contratar jugadores?

A mí me gustan los futbolistas panameños y los costarricenses. Puedo encontrar jóvenes de 20 años. Cuando yo estuve jugando, se contrataban ticos y guatemaltecos como Guillermo “el Pando” Ramírez. Jugadores de cerca, que no sean tan caros. Igualmente, brasileños, colombianos, de todo.

Los últimos fichajes en su gran mayoría son argentinos, uruguayos y colombianos. Usted apunta a otros nichos...

Es que importa el valor del jugador, cuánto quiera ganar, el nivel y otros detalles. Además, nosotros tenemos que preparar atletas para vender a México, la MLS y Europa, que es el mercado que se ha perdido.

¿Qué vio y aprendió en Europa que piensa implementar en esta nueva faceta?

En casi 10 años aprendí mucho. Lo tengo en mi proyecto y ojalá me den la oportunidad para desarrollarlo. Es un proyecto, es decir, que no se va a ver reflejado en dos o tres semanas. Es un proyecto a corto, mediano y largo plazo, no puedo ver frutos al instante.

¿Cuál cree que sea la clave para pegar con los fichajes?

Muchas cosas, como el estudio. Hay que analizarlos, tengo muchas plataformas donde puedo verlos para analizarlos bien. Yo sé cuál es el jugador que se puede adapta a Motagua. Un futbolista que venga de Europa, va a ser difícil que se adapte. Me acuerdo que cuando vine de Europa a Motagua, tenía dolores en el pelo, las uñas y todo el cuerpo, por lo duro de las canchas. Hay que ver si un jugador se adapta rápido o esperar. Yo creo que Fabricio Brener y Mauro Ortiz son buenos jugadores, pero les falta adaptarse.

Muchos dicen que el que es gallo donde quiera canta, ¿eso no es tan cierto como muchos creen?

Es más fácil adaptarse de Honduras a Europa porque pasa de lo malo a lo bueno, pero de lo bueno a lo malo es difícil adaptarse. Es complicado estar en complejos y estadios de alto nivel y luego venir a campos malos, camerinos que no tienen las mejores condiciones y temperaturas de 38 grados.

¿Cuáles son sus sueños en esta carrera?

Son muchos. Ya cumplí el primer sueño, el de estar en el equipo y más que es el club de mis amores. Mi deseo es preparar y vender atletas y así sentirme orgulloso, como con Tierney. Me siento feliz que hoy un chico del Arsenal me escriba cada que vez que lo saludo, que me mande camisas y que me invite a los partidos. Ese es el orgullo que uno siente, de saber que tuvo que ver en la carrera de esos atletas y en la institución.

¿Qué mensaje le manda a la afición azul?

Que deseo lo mejor para la institución, que aquí lo más grande es Dios y luego Motagua. Estoy con todo el amor queriendo hacer las cosas y ojalá que se vea reflejado.

La última, ¿enumere tres momentos con los que se queda de su carrera?

Están claritos. Primero el título de Uncaf con Motagua, luego el Mundial de Sudáfrica 2010 y jugar la Champions League.