Liga Nacional

Exfutbolista de Olimpia se convertirá en sacerdote: 'Acá he encontrado llenar un vacío'

'Soy feliz, no me quejo, es una de las decisiones más difíciles, pero que más me ha dado alegría', contó Ángel Castro, dos veces mundialista en selecciones menores de Honduras y ex futbolista del Olimpia.

2020-05-05

Y de repente su vida y el fútbol no lo llenaban, había un vacío en él, pero no sabía qué era.

Corría detrás de una pelota siempre con alegría, pero la pasión con la que inició en 2007 se había esfumado, pero precisamente esa pasión aparecía cuando él estaba en una ermita ayudándole a su mamá, ya sea en el aseo o cualquier otra actividad.

'Siempre buscaba apagar esa idea de ser sacerdote, una excusa, un problema, una actividad, siempre algo para quitarme esa idea, lo trataba de evitar', relata Ángel Castro, un futbolista que decidió renunciar a este deporte, a su vida, a un salario y sobre todo a formar una familia por comenzar una de las etapas, que según relata, ha logrado llenar aquel vacío que venía sintiendo años atrás.

Ángel Gabriel era un defensor escurridizo, veloz y fuerte en la marca pese a su estatura. Surgió en 2007 como una de las grandes promesas del Olimpia junto a Roger Rojas, Alexander López y Luis Garrido, además fue seleccionado nacional en categorías menores llegando a jugar los mundiales Sub-17 en Corea 2007 y al Sub-20 en Egipto 2009.

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Foto: Diez

En un premundial Ángel Castro y sus compañeros buscando el pase hacia Egipto 2009 en la categoría Sub-20

Debutó en Olimpia, pero no le fue tan bien como al resto de sus compañeros, también lo hizo en Deportes Savio donde quizá vivió sus mejores momentos en Liga Nacional, luego se fue a la segunda división en equipos como la UPNFM, Real de Minas y culminó en el Gimnástico para luego entregar su vida a la Iglesia.

En 2015, tras la muerte de a su abuela paterna, le surgió una espinita que sintió desde niño y era saber cuál era el papel de un sacerdote, pues desde pequeño se volvió devoto gracias a su madre y mantuvo por mucho tiempos esas inquietudes, pero sin ponerle mayor atención.

En ese año sin decirle ni siquiera a su familia, tomó la decisión de ingresar a través de la Pastoral Vocacional al Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa sabiendo de antemano que tenía que renunciar a todo.

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'Al inicio fue difícil renunciar porque lo material es lo que más cuesta, pero a una vida que ya tienes marcada y es es lo más difícil al tomar una decisión como esta, no sabía por qué desacomodarme si ya tenía casi todo realizado, el campo me hacía feliz, pero había algo que me faltaba, ya no tenía ese deseo, pero si lo sentía cuando estaba en la iglesia', relata en un reportaje hecho por el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa.

EL RELATO DE CÓMO NACIÓ SU DESEO DE SER SACERDOTE

'Fue desde muy joven, a muy corta edad, antes de hacer mi primera comunión, tuve una experiencia muy bonita con un sacerdote. A esa edad mi mamá me llevaba muy seguido a la Iglesia porque ella era la encargada de de una ermita, y fue ahí donde nace esa vocación, me llevó a preguntarme qué hace un sacerdote, por qué lo hacen y en el transcurso de entrar al deporte se me perdió esa espinita y entonces me enfoqué en el fútbol y en el estudio.

En 2015 muere mi abuela por parte de papá y eso vuelve a encender en mí esa llama que se encendió a los 7 años, pero en 2015 vuelve a nacer aquella duda que siempre buscaba apagar, buscaba una excusa, un problema, una actividad, siempre algo para quitarme esa idea (de ser sacerdote), lo trataba de evitar, pero de repente llega un sacerdote, el padre José del Carmen, vino y me tiró la pregunta sin anestesia, '¿no querés sacerdote?, me dijo. Lo quedé viendo raro y respondí '¿yo padre?', no creo que eso sea para mí, le dije. 'Pensalo y al siguiente fin de semana me respondes', me comentó. Entonces todas las noches analizaba de cómo será, pensé que era de ir al Seminario y ya, pero le dije al padre 'está bien', siempre había tenía esa duda.

Entonces el padre fue a una reunión del clero, me consiguió el número del encargado de la Pastoral Vocacional, me comunico con él y así empieza mi Año de Discernimiento, no le conté a nadie, ni a mi familia, es algo que me guardé.

Foto: Diez

Castro junto al cardenal Óscar Andrés Rodríguez. Ángel ahora vive en el edificio del Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa y recibe los miércoles la tarde libre para visitar a su familia.

En ese momento todavía jugaba fútbol en la Liga de Ascenso con el Gimnástico y los sábados me iba a jugar, eso era todo lo que sabía mi mamá, pero de repente al final del año hay que hacer el encuentro de compromiso, pero mantuve la decisión de no decirle a nadie, ni compañeros, ni amigos.

Mi sorpresa es que cuando tuve un accidente en un partido amistoso contra Olimpia, me tocó operarme y al final por eso no pude hacer la misión, llamé a mis otros compañeros con quienes hicimos el año de discernimiento, vi que recibieron su carta y yo no la tenía, bueno entonces dije yo, no me aceptaron (para el seminario) y como no le hice bulla, nadie se dio cuenta.

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En ese momento armé mis planes de ir a trabajar a Estados Unidos un tiempo para ayudar a mi familia mientras terminaba de recuperarme, mi sorpresa es que el 31 de diciembre me habla el padre Carlos Rubio, él me preguntó si podía presentarme a Catedral y le pregunté por qué, no me dio explicación', relató Castro quien se imaginaba que también recibiría su carta.

¿Eres feliz ahora? Muchos personas me preguntan si soy feliz por haber dejado tanto, pero sí, soy feliz, no me quejo, es una de las decisiones más difíciles, pero que más me ha dado alegría', acepta Castro aunque de antemano sabía a todo lo que renunciaba, 'entrar aquí lleva ciertos reglamentos que uno debe cumplir, no cambiaría esto por todo lo anterior, se siente aquella presión de saber la responsabilizad a la que te estas metiendo, así como sentía esa presión de jugar en un mundial, ahora la siento aún más porque acá puedo salvar hasta el alma de una persona'.

Foto: Diez

Ángel Castro tomó la difícil decisión no solo de renunciar al fútbol, sino a su vida secular.

¿Por qué quieres ser sacerdote? 'Porque quiero ser feliz y he venido a encontrar esa felicidad aquí. Siempre hay baches que nos hacen tropezar, eso siempre estará, pero eso es una nada para lo que uno ve más adelante, siempre tenía un vacío en mí en como llenarlo y acá lo he encontrado, quiero ser sacerdote para ayudar a las personas en cualquier aspecto que pueda hacerlo'.

Ángel para convertirse en sacerdote debe cumplir ocho años de estudio, primero debió vincularse a un proceso de discernimiento durante un año, luego ingresa al año introductorio o propedéutico, que lo prepara para asumir su formación en el seminario.

Después vienen estudios de Filosofía durante dos años. luego estudios de Teología durante cuatro años, uno de experiencia pastoral.

Antes tuvo que hacer un votos religioso que son de pobreza, castidad y obediencia.

Una de las partes más difíciles es el celibato, ¿qué es? Es renunciar al derecho de casarse y de tener una familia.

¿CÓMO SON LOS DÍAS DE ÁNGEL EN EL SEMINARIO?

De lunes a viernes los seminaristas se preparan para desayunar y asistir a la Santa Misa, luego acuden a clases, en el mismo orden y disciplina almuerzan.

Posteriormente tienen una hora para descansar en sus dormitorios, afinar sus destrezas en un área de juegos, lavar ropa o simplemente ver televisión en un espacio comunitario.

Foto: Diez

Imágenes del Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa. Archivo 2014

Un timbre les indica que deben acudir a clases, reuniones grupales de tipo formativo; a las seis de la tarde hay un espacio de oración comunitaria, luego estudian y duermen.

El miércoles por la tarde les permiten salir del Seminario, ya sea para visitar a sus familias, ir al cine o cualquier otra diligencia personal.

Los sábados y domingos son enviados a parroquias de la Diócesis de Tegucigalpa, como centros de asistencia para realizar la practica o formación pastoral.