Liga Nacional

'Gané dinero, pero lo malgasté': 'Venado' Castro

Edwin 'El venado' Castro trabaja en el área de mantenimiento del estadio Nacional. El ex goleador del Motagua dice que a sus 41 años todavía podría jugar.

2010-10-17

Edwin “Venado” Castro viste una gabacha azul, calzoneta color rojo y usa un par de tenis algo sucios. Luce agotado luego de una mañana dura de trabajo. Sus manos también están sucias por limpiar y cortar algo de grama. Su nueva actividad es trabajar en el área de mantenimiento en el estadio Nacional, el mismo lugar donde pudo hacer muchos goles vistiendo la camisa azul de Motagua.

“Siempre me he sentido agradecido que me busquen para entrevistarme”, me dice. Segundos después comenzó la plática sentados en el sector de silla...

¿Cómo transcurren los días del Venado Castro?
La gente se pregunta sobre lo que hace un jugador después del final de la carrera. Siempre quieren saber cómo queda uno. Las cosas hay que tomarlas de buena manera y que la gente vaya viendo la parte humana de los jugadores después de tantos años de fútbol.

¿Pero qué hace el Venado trabajando en el estadio Nacional?
Siempre me lo preguntan y yo siempre le doy gracias a Dios por tener un trabajo digno y que no terminé en la calle como otros jugadores. Dios me abrió las puertas para que mi vida diera un giro total y eso fue importante para toda mi familia.

¿Se imaginó terminar trabajando en el lugar donde se hizo famoso?
Cada vez que pasaba por el estadio siempre me decía a mí mismo que un día iba a estar trabajando en el estadio. Lo que no sabía era que lo haría en el mantenimiento de la instalación y los días del partido en la vigilancia de que el espectáculo se desarrolle con normalidad.

¿Usted estaba aquí en el estadio el día que se cayó el muro?
Sí. Estaba almorzando con mis compañeros en una de las bodegas, cuando comenzamos a sentir los truenos, nosotros nos salimos por el miedo. Nos quedamos en el sector de silla y vimos cómo una bolsa de aire se llevó el muro. Fue una desgracia. La familia comenzó a llamarme, pero gracias a Dios estaba bien.

¿Le da nostalgia estar aquí para trabajar y no para jugar?
Claro. A uno siempre le pican los pies por jugar en esta cancha. Siempre recuerdo los buenos tiempos que viví y uno quisiera volver a pasar eso. Hay gente que hasta me pide que me cambie para que entre a jugar con Motagua y eso es lindo.

¿Y usted se anima a volver?
A mis 41 años me siento con capacidad de jugar con Motagua. Nunca he dejado de estar activo, necesitaría un mes para ponerme a tono y jugaría, pero es muy difícil que suceda.

¿Es cierto que el otro día que jugó Motagua usted dijo que le dieran 30 minutos y que resolvía el partido?
Ja, ja, ja. No tanto así. Pasa que la gente me decía en las gradas que si a mí me dieran 30 minutos yo podría resolver el juego. Los aficionados siempre me tienen mucho cariño.

¿Todavía mete goles?
Claro. Estoy jugando para veteranos los sábados y gracias a Dios hago uno, dos o tres goles en cada partido. Los aficionados dicen que si yo meto tantos goles todavía por qué no estoy jugando en Primera. Eso me motiva.

¿Y sus últimos años cómo han sido?
Antes de trabajar aquí en el estadio estuve como asistente técnico de Hernaín Arzú en el equipo de Segunda División. Formamos una academia de fútbol con dos amigos en El Pedregal que se llama Venado-Barcelona. Con mi esposa tenemos un negocio que ella administra. Es un salón de belleza.

¿Extraña los años de futbolista famoso?
Claro y más cuando uno se pone a ver los salarios de ahora, lo que más quisiera es seguir jugando y siendo famoso. En mis tiempos no se ganaba tanto.

¿Aprovechó su vida gracias al fútbol o la desperdició ?
Puedo decir que lo aproveché porque tengo bien a mi familia.

¿Hay algo de lo que se arrepiente durante su carrera?
Uno de futbolista a veces cae en baches y yo caí en uno y eso me afectó para salir a un gran equipo del extranjero. Lo hice, pero aquí cerca y no a Europa como lo hacen ahora.

¿Usted hizo dinero gracias al fútbol?
Sí. Hice dinero, pero así como aproveché esos momentos lo malgasté en cosas que no debía, pero la juventud a veces a uno le hace malas jugadas. Desaproveché ese buen tiempo y lo veo ahora porque sé que podría estar mejor.

¿Las mujeres y el alcohol acaban con los futbolistas?
Es bien difícil ese tema. El jugador cae fácil en esos problemas, sobre todo cuando llega la fama. Esas cosas llegan por sí solas y uno de jugador no puede manejarlas, pero tuve amigos que me ayudaron a salir adelante.

¿Cuántos problemas tuvo o ha tenido por culpa del alcohol?
Muchos. Tuve que lidiar con esos problemas, pero gracias a Dios nunca le hice daño a nadie. Cuando me descuidaba y andaba en la calle la gente me gritaba de todo. Me ponía a pensar en mis hijos y eso me llevó a limpiar mi imagen.

¿Su imagen cayó?
Pues alguna gente me saludaba con agrado y otros me insultaban. Eso es normal en esta carrera.

¿Me dijeron que ahora va a la iglesia?
Sí. Hace diez años asisto a la iglesia con toda mi familia. Dios me dio una oportunidad de estar lleno de vida y de poder estar contando todo esto. Antes de eso tuve un accidente por manejar ebrio y eso casi me cuesta la vida. Tuve que reflexionar.

¿Extraña las críticas y los elogios de la prensa?
Claro. Pero eso no es tan importante, lo lindo es el reconocimiento de la gente en la calle y que le digan a uno que todavía podría seguir jugando.

¿Tuvo problemas con algún periodista?
Para nada. Cuando me criticaban trataba de hacerlo bien para que los comentarios cambiaran. En la actualidad me da pesar como tratan a Shannon Welcome y no veo motivos para que lo maten con sus insultos. Me da pesar.

¿Un día un cronista de radio dijo que usted era un jugador que se marcaba solo?
De mi decían que era un tronco, que era un jugador que se marcaba solo, pero los resultados ahí estaban. Siempre hacía goles y así era que luchaba con todas esas cosas. En mi carrera la temporada que menos hice fueron seis goles. Ahora hay jugadores que sólo marcan uno o dos goles y vuelven a arreglar contrato y nadie dice nada.

El clima en la capital era fresco, a pesar de que la conversación con el Venado Castro fue en pleno mediodía. “Parece que va a llover”, me dice el ex delantero del Motagua. Por la noche jugarían Olimpia-Victoria. “Ya está todo listo”, advierte.

La plática dio un giro tremendo y de estar hablando de su vida tocamos un tema sensible, la actualidad de su gran amor Motagua y de todo lo que le toca sufrir cuando su equipo anda mal.

Pasemos a otro tema. Su Motagua lo tiene sufriendo, me imagino.
Mucho. Yo he sido Motagua desde pequeño, jugué ahí, estuve con ellos mucho tiempo. Duele cuando el equipo no levanta y juega de esa forma.

¿Pero en su tiempo también pasaron malos ratos?
Claro. Nosotros había torneos que en la primera vuelta nos costaba hacer 11 puntos. Era duro, pero la dirigencia nos multaba con el 25 o el 35 por ciento del sueldo. La gente decía que nos tocaran el sueldo para que nos doliera y nos sacaran el orgullo.

¿Y cree que este Motagua levante?
Pues ojalá. El equipo debe levantar y ponerse a pelear los primeros lugares. Es un equipo grande y tiene la obligación de demostrar su jerarquía.

¿Qué cree que ha estado pasando?
Siento que la mala organización del equipo influye mucho. El desgaste de algunos jugadores, los llamados a la Selección y la misma juventud de varios jugadores también afecta en alguna medida.

¿Antes era más difícil jugar para Motagua y ponerse esa camisa azul?
No hay duda que ahora es más fácil. He visto jugadores en Motagua que deberían jugar y no lo hacen. Otros no deberían estar, pero no soy quién para dar una opinión porque seguro habrá gente que se moleste.

¿Motagua ha perdido identidad como club?
No creo que haya perdido su identidad, pero si ha perdido su afición. Los malos resultados han alejado a la gente y eso es una pena.

¿Y de los delanteros que usted ha visto en los últimos años a quién destaca?
Mire. Voy a ser sincero, en los últimos años no he visto que hayan salido jugadores con las características que yo tenía o que todavía tengo. Es un problema que casi no hayan delanteros en el fútbol hondureño.

¿Y cuál es la solución?
Que salgan a buscarlos. Mire, si hasta en las ligas burocráticas se encuentran buenos jugadores. Pasa que no van a verlos. Si encuentran uno bueno, que se lo lleven y lo formen, pero no les gusta hacer eso. Otro problema es que ahora en Honduras un jugador de 20 años dicen que ya está viejo y eso es un error. Los jóvenes a esa edad apenas comienzan y deben dejarlos crecer.

¿En su época había más abundancia?
Claro. Había más delanteros. De hecho la competencia para ser titular en el equipo o en una Selección Nacional era tremenda. Ahora juegan los mismos porque no hay muchos.

¿En general cómo ve el fútbol hondureño actual?
Pues bien y mal. Hay muchas cosas en las que se debe ir mejorando. Hemos levantado el nivel, pero siento que nos hace falta.

¿Qué recuerda de los clásicos ante Olimpia?
Siempre fueron y serán los partidos más especiales. Lo malo es que ahora esos partidos se juegan a estadio vacío por culpa de las barras. Es una pena ver un Olimpia-Motagua con poca gente aunque no dejan de ser juegos bravos.

Sobre la actualidad del fútbol

“Siento que en estos momentos hay más cosas buenas que malas en nuestro fútbol. Donde veo que han estado fallando mucho es en la organización. La Liga no se puede poner de acuerdo para progamar un partido y eso es lamentable. Otro tema es que la gente se ha alejado de los estadios y es una pena que los equipos jueguen con poco público. El problema de las barras ha afectado de forma tremenda. En lo futbolístico hemos crecido mucho como Liga. Hay que seguir mejorando en varios aspectos”.

CON PELOTAS

Motagua: En estos momentos tiene que definir su partido ganando.

El fútbol: Lo mejor que me ha pasado y lo sigo viviendo con mucha intensidad.

Estadio Nacional: Uno de los mejores estadios y lo seguirá siendo por mucho tiempo.
Sus hijos: Son mi adoración, doy mi vida por ellos.

Su apodo el venado: La gente siempre me llamó así desde pequeño.

Selección Nacional: Estuve en una Sub-23, fui campeón centroamericano. Estuve en otra para clasificar a una Copa Oro y de ahí paremos de contar.

Su mayor deseo: Tener mucha sabiduría, bucar más de Dios y compartir con mi familia.

El olimpia: Es un gran equipo, un buen rival. Una de las mejores organizaciones del país.

El mejor gol: Haber conocido a Cristo. En lo futbolístico fue uno que le marqué al Real España. Lo hice en el arco norte del estadio Nacional. La gente siempre lo recuerda.

El mejor partido: Es muy difícil recordar. Fueron muchos los que jugué, pero seguro fueron con Motagua.

Veteranos: Ahí estamos dando guerra, mostrando buen fútbol y en lo personal haciendo muchos goles.

Su mejor amigo: Hay muchos. Hernaín Arzú, Obando, López, Omar Ordóñez... son varios.

César Obando: No he visto otro jugador como el Nene todavía. Lo admiro. Me dio pases de gol y todavía lo sigue haciendo.

Amado Guevara: Tampoco puede encontrarse jugadores como él con facilidad.
Primi Maradiaga: Un gran entrenador.