Liga Nacional

Gustavo Cálix: 'Fui ayudante de cocina y lavaplatos”

El exfutbolista y hermano del 'Gavilán' ahora es un empresario en Tela.

2013-10-05

Te presentamos la historia de Gustavo Cálix, hermano del “Gavilán” entrenador de Parrillas One, hoy radicado en Tela como todo un emprendedor, donde nos cuenta su vida después de su retiro del fútbol en 1998

En el fútbol Gustavo Cálix era reconocido como uno de los laterales de mayor oficio en su puesto, siempre jugó bajo la sombra de su hermano el “Gavilán”, aunque con el apellido basta, eso sí eran puestos diferentes… Hoy, Gustavo es todo un empresario después de haberse retirado en 1998.

En Tela todos le conocen. No hay nada de extraño de una persona que nació en esta ciudad, que el fútbol fue su pasión y que ahora se ha convertido en un emprendedor.

Tras su retiro y haber dejado su huella en el Tela Timsa, Olimpia, Motagua y Marathón, como suele ocurrir con aquellos que le dicen adiós a esta carrera, le tocó buscar trabajo en varios rubros y hasta aventurarse en Estados Unidos. Aquí nos cuenta su historia.

“Cuando me retiré, la primera idea que tenía era dedicarme al rubro del transporte, quedé en posesión de cinco números de taxis, unos los compré y otros me los donaron por medio del deporte, entonces, opté por dedicarme al transporte por un buen tiempo”, dijo.

Pero admite que, “me di cuenta que esto del transporte era un dolor de cabeza. Salió la oportunidad de comprar un negocio de venta de comida, era una glorieta, junto con un ex compañero del fútbol, Víctor Samuel Rivera, atendía el establecimiento por la mañana y por la tarde seguía con el transporte, porque no me deshice por completo, siempre mantenía los números”.

Este último negocio fue creciendo en su vida. “Después de tener una administración saludable, ya ahora no es una glorieta, ya tengo un lugar más presentable convertido en un restaurante que hoy es el sustento de mi familia, que sirve para educar a mis hijos”.

Pero antes de iniciar en este tipo de negocios, Gustavo no esconde que una vez le tocó emigrar a Estados Unidos, donde trabajó duro para salir adelante.

“En mi etapa cuando vivía en Estados Unidos mi primer trabajo fue de ayudante de cocina y lavaplatos en un restaurante japonés, allí tuve la curiosidad siempre de chequear al cocinero, y como en determinado tiempo comencé a vivir solo en Nueva York, empecé a practicar lo que había aprendido en ese restaurante japonés donde solo estuve apenas unos cinco meses, pero me ayudó, incluso, para ser cocinero de mi propio restaurante en mi país”.

Al poco tiempo, dice que se encontró prácticamente con una selección de ex futbolistas, quienes le tendieron la mano dándole trabajo en construcción.

“Al darse cuenta que yo estaba allá, me ubicaron en el trabajo de construcción, manejé una maquinaria”, recordó.

Sin embargo, Gustavo Cálix estaba decidido a vivir en su país y regresó a Honduras donde hoy en día no solo maneja su restaurante, sino que además trabaja como gerente general de la alcaldía de Tela.

“El restaurante lo maneja mi esposa, mientras yo me dedico a trabajar en la Municipalidad como gerente general. Incursioné en política, participo con el Partido Nacional. Pero todo esto es diferente porque en el fútbol sos independiente, creo que hay que tener vocación de servicio, yo sin aspirar a ningún cargo de elección, únicamente y exclusivamente estoy respaldando y apoyando al alcalde”.

SU LADO COMO FUTBOLISTA
Cuenta que en su época como futbolista tocaba vivir de muchas maneras.

“De 1984 hasta el 93 que aparece Henry Arévalo, quien revoluciona el pago para los futbolistas en Honduras, todos laborábamos medio tiempo en su trabajo y en lo otro nos íbamos al equipo, si no clasificábamos, nos quedábamos con cinco meses sin trabajo y había que buscar otra fuente de empleo”, dice entre la nostalgia de lo que aquello representaba para ellos.

Gustavo dice que tuvo el privilegio no solo de jugar en Honduras, sino de salir al extranjero. “Con la suerte de haber salido a jugar a El Salvador y Guatemala y sobre todo, haber jugado en el Olimpia, allí ya se sabe lo que se va a ganar y uno contaba con su sueldo”.

Recordó aquellos momentos, justamente cuando jugó en el Albo y Motagua, pero al mismo tiempo encuentra un cierto lamento por lo que le tocó vivir.

“Siento que llegué al Olimpia muy tarde, después de tres intentos donde quisieron que me fuera con ellos, pero nunca me logré a acostumbrar. Estuve en Motagua y yo nunca me adapté a la vida de la capital, luego regresé al equipo merengue y ya estaba maduro, de 30 años y era difícil para mí”.

Después de su paso por los clubes, no eran tiempos para hacer dinero.

“No había manera, todo era diferente, es relativo, yo en los últimos cinco años lo que lograba negociar eran las primas en los contratos, los primeros 10 años nadie lo logró, ni los de España 82 pudieron, eran sueldos no dignos para un profesional del fútbol, pero uno la pasaba, esas son las cosas que a uno lo hacen fuerte, lo curtieron como hombre, como ser humano, eso es lo que traslado ahora. No había manera de hacer dinero en ese entonces”.

“TABLAS CON EL FÚTBOL”
Cálix, tras su retiro, es consecuente: “Salí tablas con el fútbol. Esta carrera me permitió remodelar la casa que era de mis padres, pero reitero, por haber tenido la suerte de haber jugado en el exterior, en ese tiempo, ir a jugar a El Salvador y Guatemala, la prima era de uno y allí se compensaba ese gran esfuerzo de jugar afuera”.

También recordó que en su etapa como jugador, “creo que de 1985 al 92, nadie podía ahorrar, del 93 ya con el Petrotela, la cosa cambió totalmente, es más, todos recordarán que fue escándalo nacional cuando se dieron cuenta que Dolmo Flores ganaba lo mismo que el presidente. Entonces, de esa época en adelante, cambió la vida de los futbolistas. Ya uno podría tener un colchón. En el Águila de El Salvador fue donde económicamente mejor me fue”.

Y así, la vida de este ex lateral derecho se ha forjado hasta ser hoy un ejemplo de los que emprenden una carrera o tratan de salir adelante. Luego llegó la hora de la sesión de fotos tras un encuentro ameno, el día a día de Gustavo es agitado. “Eso sí, tengo aún tiempo para disfrutar del fútbol porque esto es una pasión que no se olvida y saber que me dio mucho”, se despide.