Los últimos meses se volvieron uno de los partidos más difíciles que ha tenido que enfrentar, luego que su estado de salud se complicara y se mantuviera interno y con respiración artificial por 23 días.
La fuerza y el deseo de seguir disfrutando de los que más le agrada, el fútbol, lo sacaron bien librado de las instalaciones del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), donde había permanecido cerca de mes y medio.
Luego de ganar este encuentro, Chelato permaneció durante cuatro meses hospedado en un hotel capitalino, donde recibía todos los cuidados necesarios para que su proceso de recuperación fuera el mejor.
Cuando el panorama pintaba que todo iba por el mejor camino, las secuelas de los 23 días de permanecer con el respirador artificial pasaron factura y tuvo que ser sometido a un implante que le ayudara a mejorar sus cuerdas vocales y poder hablar con normalidad, pero los resultados no han sido los esperados.
De regreso a la hemeroteca del fútbol; su casa de habitación
Pese a las comodidades con las que contaba en el hotel capitalino, y al ver su mejoría en el estado de salud, Chelato Uclés pidió a sus familiares tener su última etapa de recuperación fuera en su casa de habitación, lugar donde posee todos sus sueños y recuerdos deportivos.
Bajo el cuidado de uno de sus hijos José David Herrera y un par de enfermeras, quienes son los encargados de estar velando de cada una de las necesidades y evitar que pueda tener una recaída en su salud.
Bajo todas las medidas de bioseguridad por el tema del coronavirus, Chelato no puede recibir visitas y uno de los cuidados a los que está siendo sometido a constantes nebulizaciones.
'Lo nebulizamos tres veces al día, ya que él no puede hablar porque fue operado de la garganta y no le han respondido las cuerdas vocales como se esperaba', cuenta Francisco Herrera.
El maestro se encuentra muy lúcido, lo poco que habla lo hace con dificultad y cuando requiere de algo se comunica por escrito.
Las rutinas del Maestro Uclés en su casa
La luz del alba para el maestro comienza a las 9:00 de la mañana, se le da su desayuno (cornflakes con leche), le encanta el café con pan. Luego dedica su tiempo para ver noticias.
A la hora del almuerzo, el encargado de llevarle lo que desea es Francisco Herrera, quien reveló que una de las comidas preferidas es la sopa de pollo, el requesón y los frijoles.
Por la tarde, Chelato aprovecha para tener su siesta, luego mira noticias y sin dejar de lado lo que más le apasiona, los deportes. Está pendiente de la cartelera deportiva internacional.
Apasionado por la lectura, el maestro no se va a la cama sin antes tener su hora de lectura. Una de las cosas que más extraña en estos momentos es no poder tener su rutina de sus mejores momentos, el café en la peatonal.
Un maestro hecho para pelear mil batallas
El paso de los años y la constante pelea con su condición física han debilitado las fuerzas del maestro, quien hoy camina, pero lo hace con mucha dificultad. 'Muchos se asombran que él pueda caminar, luego de estar hace cuatro meses en coma', asegura su hijo Francisco.
Y es que en los resultados de los últimos exámenes a los que fue sometido han dejado muy alegres a los familiares, ya que está estable. 'Le hicimos los exámenes y salió en perfectas condiciones, es increíble'
Durante este duro proceso de salud en el que se ha visto envuelto Chelato, los familiares no desaprovechan el momento para agradecer el gran apoyo que han tenido de parte del pueblo hondureño.
'Parte de la recuperación de mi padre se debe a DIEZ, ya que nosotros teníamos en secreto la amputación de su dedo y fue hasta que sacaron el reportaje, el pueblo lo apoyó y lo llevó a salvar su pierna', expresó Francisco Herrera.
Hoy la familia y varios amigos están haciendo todo lo posible para producirle una película y que puede quedar en la historia.
