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La ruta hacia la muerte: El trágico accidente de futbolistas amateur que enlutó a una humilde aldea en el Merendón

En Honduras. La pequeña aldea Guanales, sector de El Merendón, vive sus días más tristes luego de la muerte de cuatro jugadores de fútbol amateur que enlutaron dicha localidad.

2021-06-25

Un partido de futbol donde hubo diversión, risas y un bonito ambiente terminó en un funeral que enlutó a una pequeña aldea llamada Guanales, esto luego del fallecimiento de cuatro jugadores amateur que iban de regreso a su hogar después de ganar el primer lugar en una cuadrangular disputada en la localidad Gallito, zona del Merendón.

La triste noticia se suscitó el domingo pasado donde un carro marca Toyota 22R con exceso de personas en la paila se accidentó y dejó un saldo fatídico y que conmocionó a todas los habitantes de ese sector. DIEZ decidió realizar un viaje escabroso hasta el lugar de los hechos para conocer el sitio donde perecieron estos jóvenes.

Foto: Diez

Así quedó el automóvil en el que se transportaba los jugadores amateur. FOTO: Neptalí Romero.

Al llegar a la primera parada del trayecto encomendado, se apreciaba aún el vehículo casi destruido y con manchas de sangre en la paila. El automor se estrelló contra unos troncos después de pasar una cuesta bastante pronunciada, esto luego que el conductor perdiera el control del volante. Los pobladores del lugar no entienden cómo fue el percance ya que ese trecho es parejo.

'Triste porque a nosotros nos tocó estar en el momento, fue triste ver cómo murieron. Aquí es parejo, no hay ningún barranco, fue un desperfecto que sufrió el carro. Nosotros escuchamos el gran estruendo y después salimos y cuando llegamos las personas ya estaban muertas', nos contó Marlene Laínez, una de las personas que auxilió al momento del accidente.

Ella cuenta que varias personas de las que viajaban en el carro, a eso de las 6:10 de la tarde, se venían tirando de la paila porque sabían que el vehículo venía con fallas. 'Desde arriba tuvo un desperfecto el carro. Venían 27 personas pero desde arriba se venían tirando algunos, ya presentían quizá lo que iba a suceder. Todos los vecinos salimos a ayudarlos, a buscar alcohol... es lo que uno puede hacer', decía doña Marlene en las afueras de su casa mientras sus tres pequeños la miraban desde el portón.

Foto: Diez

El accidente se produjo en la aldea Gallito, sector El Merendón. FOTO: Neptalí Romero.

De acuerdo a la informaciopn recabada, el dueño del Toyota color verde iba manejando pero ingerido de bebidas alcohólicas, por lo que tomó la decisión de pedirle ayuda a un muchacho para que llevara el carro y así fueran más seguros, sin saber que minutos después la muerte lo iba a sorprender. Afortunadamente el conductor no murió, pero sí el dueño.

- Después de estar en Gallito, rumbo a Guanales -

Luego de pasar por el lugar del accidente, el equipo de DIEZ emprendió un extenuante viaje de más de 100 kilómetros entre montañas, abismos, cruce de ríos y demás, esto para conocer todo el recorrido que estos muchachos iban a realizar de noche en estas calles que algunos las denominan como 'el trayecto de la muerte'.

Íbamos sin rumbo, por lo que le solicitamos a un jovencito del Gallito de nombre Darwin García que nos acompañara para que nos guiara y fuéramos más seguro con respecto a la dirección porque toda referencia que pedíamos era un tanto incómoda sin claridad.

Rumbo a Guanales hay calles donde solo puede pasar un vehículo a la vez, el camino es rocoso, se cruzan dos ríos para llegar hasta allá y hay pasos a desnivel provisionales creados por los mismos pobladores con sacos de arena donde suspiras dándole gracias a Dios cada vez que estás del otro lado.

LA RUTA HACIA LA MUERTE:

Es una zona donde no todos tienen medio de transporte. Caminan horas y horas para llegar de un lado a otro. En la ida decidimos darle jalón a varias personas y al regreso nuestro venían caminando tres niños que no pasaban los 10 años de edad y nos hicieron seña con la mano para pedirnos que los lleváramos. Eran estudiantes e iban con sus mochilas. El trayecto que esos niños recorren a diario es de 13 kilómetros (26 ida y vuelta). Así viven muchas personas en ese lugar.

Después de tres horas de camino, pasamos el segundo río y finalmente llegamos a Guanales, lugar de donde eran Elvin Armando Laínez Vásquez, José Santos Laínez, José Salomé Ramos y Sebastián Ramos, los cuatro jugadores amateurs fallecidos en el accidente. Pero para llegar al caserío, que queda en una punta del cerro, se tiene que subir una cuesta mortal bastante temible, que de acuerdo al muchacho que nos acompañaba varios carros se habían venido para atrás sin lograr subir. Por lo que el automóvil en el que nos transportábamos lo tuvimos que dejar, sacar el equipo y caminar 20 minutos subiendo un cerro que si se da un paso en falso, te vas al vacío.

Foto: Diez

Parte de le enorme cuesta que hay que subir para llegar a la aldea Guanales. FOTO: Neptalí Romero.

Al llegar finalmente a nuestro cometido, la aldea Guanales, última de este sector y que colinda con la frontera con Guatemala, imperaba el silencio y alguno que otro sonido de aves. Solamente son de 7 a 9 casas que hay construidas y en la más humilde estaba un grupo familiar sentados en las afueras de la habitación y aún lamentándose de lo que había sucedido.

Nuestro fotógrafo Neptalí Romero se acercó al portón y les preguntó si conocían a los familiares de los jugadores accidentados y en efecto, eran parientes de Elvin Armando Laínez Vásquez. Ahí nos atendió el pastor Wilmer Vázquez, quien era primo del fallecido.

El ambiente en esa casa era de dolor. Habían aproximadamente ocho personas, todos callados, sin hablar, con caras de tristeza nadie dijo una palabra, solamente Wilmer, quien sacó fuerzas de flaqueza para decirnos algunas palabras sobre su primo.

Wilmer Vázquez sostiene la foto su primo fallecido, Elvin Armando Laínez. FOTO: Neptalí Romero.

- Un relato que hace llorar a cualquiera -

Wilmer quería mostrar fuerzas, pero su rostro decía otra cosa. Aguantaba el dolor para no quebrarse. 'Mi familia ha sido golpeada, pero yo sé que tenemos un Dios que él nos consuela y es de poder. En este momento el único fortalecimiento es de Dios, de amigos, familiares y amistades que él había sembrado porque él era un muchacho de bien, él ayudaba a quien podía ayudar, no tenía distinciones con nadie, para él no habían preferencias, para él todo aquel que tenía necesidad y él podía ayudarlo, él lo ayudaba', decía.

Y es que Elvin había llegado hace tres semanas de Estados Unidos para visitar a su mamá pero se marchaba en unos días hacia Norteamérica nuevamente ya que estaba planeando casarse, sin embargo, nunca imaginó que la muerte lo iba a sorprender previo a su viaje para formar un hogar.

'Estaba joven mi primo. Él había venido hace tres semanas. Vino a visitar a su familia, lo poco que él había podido hacer allá lo vino a invertir aquí, hizo su casita, compró un carro. Es tremendo poder llegar a eso. Es un accidente que enlutó a toda una comunidad, esto es una familia', decía el pastor del Ministerio Cristo Restauración de la región de Lempira.

Foto: Diez

El equipo periodístico de DIEZ, Gustavo Roca, Jeffri Ayala y Neptalí Romero recorrieron una ruta bastante peligrosa hasta llegar a Guanales.

Al momento de preguntarle cómo recordaba a su primo, hubo un silencio, se le hizo un nudo en la garganta y con los ojos brillosos, dijo. 'Creo que este es el momento más difícil de poderlo recordar porque en este lugar fue el de nuestro nacimiento, crecimos, íbamos a la escuela, peleábamos, jugábamos como todo un niño, trabajábamos. Siempre lo recuerdo como una persona bien especial. A mi tío se lo decía -Elvin no molesta a nadie, no busca problemas- le conté todo eso, pero nunca pensamos lo que iba a pasar. Nunca tuve una pérdida de un familiar como esta, por lo común mueren nuestros familiares de sus años, de vejez, pero nunca de la manera que Elvin murió'.

'Él solo me decía que iba a llegar a mi hogar a visitarme antes de poderse ir, porque yo pastoreo cerca de Lempira, pero nunca pensé que su marcha iba ser al cielo y no a Estados Unidos, eso fue lo que nos ha conmovido mucho con su partida', declaraba entre lágrimas mientras sostenía su teléfono celular sentado en la acera de la casa donde crecieron juntos.

Elvin Laínez trabajaba en construcción en el país de los sueños. Había trabajado mucho para remodelarle la casa a su mamá, de hecho, de las viviendas que se lograban ver, la del infortunado muchacho era la más bonita de ese sector Guanales. También compró un auto marca Toyota Hilux porque su sueño era invertir en la agricultura.

Foto: Diez

Un trayecto bastante complicado se tiene que pasar para llegar a Guanales, la última aldea de esa zona.

'Él estaba viviendo con su mamá, era una alegría para él compartir con su madre, ella se encuentra destrozada ahorita, no tiene palabras', dice, al momento que aclara que tomó la decisión de quedarse unos días más para darle fortaleza a su tía.

'En mi vida espiritual he aprendido que a Dios no se le reclama. A Dios se le agradece, no se le ponen condiciones porque él es quien nos manda. En un tiempo hacíamos lo que queríamos, más ahora dice harás a irás a donde tú no quieras ir entonces son partes que uno ha sabido comprender y entender y es lo que debemos cada día más, poder suplir y entender cada palabra', expresó.

La preguntamos si estaban los demás familiares de los otros muchachos fallecidos en el accidente y dijo que no había absolutamente nadie en el lugar, que los demás familiares se los habían llevado para sus casas por el mal momento que estaban pasando.

Parte de le enorme cuesta que hay que subir para llegar a la aldea Guanales. FOTO: Neptalí Romero.

'Eran 16 familias aquí, mucha gente ha emigrado, la alegría de estos muchachos era que habían ganado el primero y segundo lugar de una cuadrangular que jugaron, pero así son las cosas; a los demás familiares se los llevaron sus demás parientes porque están quebrantados', cerró diciendo el pastor Wilmer Vázquez.

A la salida del domicilio de la familia Vázquez Laínez, se miraba la casa donde vivía la madre de Elvin Laínez. Un hogar bien pintado, con un portón imponente de color oro y el Toyota Hilux negro cabina sencilla que había comprado para sacar adelante a su familia con la agricultura y con el dinero que ganaba en Estados Unidos, como todo un hondureño que se toma el sueño americano para echar sus sueños adelante, pero lamentablemente esa ilusión se apagó el domingo 20 de junio después del mortal accidente donde tristemente perdió la vida.

Foto: Diez

La modesta caa en la que creció Elvin Laínez, quien residía en los Estados Unidos. Solo andaba de paseo. FOTO: Neptalí Romero.