Liga Nacional

Los Guerra, una familia que lleva 43 años luchando con el arbitraje en Honduras

Unidos por su pasión por el fútbol, pero también por el silbato, así este oficio ha pasado ya en tres generaciones

2016-06-10

En los últimos 43 años, en el arbitraje de Honduras siempre estuvo alguien con el apellido Guerra. Tres generaciones de esta familia se han entregado al oficio menos apetecido y quizás menos valorado del fútbol. La historia comenzó allá por 1973.

Todo arrancó cuando en el 1972, Porfirio Guerra llegó casi por accidente a vestirse de negro, bajo está influencia en 1986, comenzó en la carrera su hijo José Ángel Guerra y en 2007, Yissel, se apuntó como una de las valientes mujes que intentan destacar en un ruedo dominado por los hombres.

Foto: Diez

EL COMIENZO
Don Porfirio era jugador del Dandy en San Pedro Sula. El plan es jugar un torneo, solicitan árbitros a la regional y reciben como respuesta que no hay disponibles. Pasa solventar la situación, deciden capacitar a dos jugadores de cada equipo, el mayor de los Guerra es uno de ellos.

Al finalizar la competencia, un hombre fuerte del deporte, don Óscar Tablas, se le acercó y le dijo: 'vos no seguís jugando fútbol, vas para el arbitraje, yo voy a ser tu padrino'.

Cuenta don Porfirio que en sus primero años en Liga Nacional, tuvo la oportunidad pitar la final entre Motagua y Real España. Dejó atrás una nómina de internacionales y experimentados, 'cuando uno conoce un trabajo, no debe tenerle miedo', le aconsejaron en aquella ocasión.

Mientras realizamos la nota en el estadio Morazán, se encuentra con conocido de época de árbitro, este recuerda que era muy amigo de las rojas, ante falta grosera decía, 'bueno ya lo hiciste, ahora ya conoces el camino'.

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Quizás por eso recuerda que una vez le hicieron una seria amenaza, 'un jugador me dijo que me iba a macanear, me iba a matar y se comería mi hígado, te lo vas a comer, pero te vas de aquí'.

El futbolista tuvo que salir.

OCASO
En 1986, cuando ya estaba en el ocaso la carrera de don Porfirio, su hijo José Ángel hacía sus primero pininos en el arbitraje. 'Siempre estaba ese gusanito, el fútbol nunca me gustó para jugarlo, sino como árbitro, yo puedo pasar todo el día dirigiendo en una cancha, muy raramente paso un día de no ver fútbol', cuenta.

El segundo de la generación se enfrascó en la aventura con la idea de ser árbitro central y logró oficiar más de 60 partidos en la Liga de Ascenso, sueño que no pudo cumplir en el circuito dorado. 'Tuve espinas en el camino, quise apartarlas, pero no pude y quedé de línea, yo quería estar en Liga Nacional y por eso acepte', comentó, en sus ojos todavía hay nostalgia.

En en 2007, estuvo la terna que dirigió la final entre Marathón y Motagua, 'llegué a la casa y mi papá me felicitó, después me dijo, quiero que hablemos'. El jerarca quería pedirle a su hijo que se retirará del arbitraje y lo hizo con una razón de peso.

¿Cuándo te vas a retirar?, preguntó el padre, 'estoy en los mejor', contestó el hijo, 'Pues ahorita andate me dijo, no esperes que te griten que ya no servís'.

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LA CHINA
José Ángel Guerra recuerda que siguió el consejo de su padre 'no quería botarle el prestigio ganado con el pito', pero ya había otra persona que el apellido Guerra que se vestía de negro. Yissel estuvo en contacto con el mundo del silbato desde los siete años, cuando acompañaba a su progenitor a las charlas de arbitraje.

Sin embargo, no fue su padre quien la orilló a este mundo. 'Yo no quería porque esto es duro, lo es que lo insulten a uno y póngase en mi lugar, que le insulten una hija, pero la mamá la enganchó', dice entre risas.

Yissel, quien es licenciada en gerencia en negocios y tiene una maestría en dirección comercial y mercadeo, reconoce que su madre una vez le dijo, 'si vengo de trabajar mañana y te encuentro aquí sentada, te voy a pegar tus fajazos. Así empecé a entrenar'.

Poco a poco ha ido abriendo espacios en un mundo complicado para la mujeres, en 2015, cuando cumplió 25 años consiguió el gafete Fifa. 'Entrando es como un proceso, un gafete que se renueva año, en junio tenemos la prueba', nos cuenta.

Ha pasado por todos los procesos, torneo de Reservas, Liga de Ascenso y ya estuvo como cuarto árbitro en un partido de Liga Nacional, espera por su debut. Su padre siempre está en los estadios, para apoyarle y corregirla si es necesario, 'pónele, estás lenta', le ha dicho a veces.

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En los estadios le dicen 'La China', explica que intenta llamar a los jugadores por su nombre, 'trato de tener buena comunicación con los jugadores'. Aclara que establece un línea de respeto, 'eyyy tranquilos', dice si hay algunos que piensa pasarse.

PASIÓN
El arbitraje es poco reconocido en lo bueno y muy resaltado cuando es malo y muchas veces, pero hay gente apasionado como los Guerra, José Ángel, dice 'a mí me pueden decir que soy lo peor como árbitro, pero no que soy un ladrón un sirvergüenza, no me pueden decir eso'.

Los insultos es algo casi inherente al arbitraje. 'Al principio de la carrera es bien difícil, a uno hasta le dan ganas de contestarle a esa persona o ir y hacer una señal. Mi mamá por eso solo una vez fue a verme y después me dijo yo no vuelvo ir a verte jamás, yo ahí soy la más mencionada', cuenta Yissel.

Don Porfirio recuerda que una vez, en un juego Marathón-Real España había expulsado tres jugadores por bando. Uno más y se paraba el encuentro, alguien se acercó y le dijo. ''Guerrita, por favor Guerrita sigamos, que este estadio está lleno'.

'Yo no sé porque, porque los árbitros permiten tantas cosas. No hay que apañarle nada', dice el mayor de esta dinastía, que lleva 43 años en el fútbol catracho y, todo indica, todavía le quedan muchos más.

ANÉCDOTAS

PORFIRIO
'Me gustaba ir a los camerinos para hablar unos dos minutos con los jugadores, una vez resulta que no hallábamos un jugador, en el once titular solo habían 10, el que faltaba lo encontraron en los baños, se estaba marihuaneando, no le voy a decir el nombre'.

LA FRASE
'Ver a Yissel como central en la Liga, me llenaría de mucho orgullo, ese día si ya puedo decirle al señor, estoy listo'.

'Sigo creyendo que el arbitraje es sano, sigo creyendo que mis compañeros son sanos, se han dicho cosas, pero no se han dado pruebas'.
José Ángel Guerra

'Hay insultos que hasta me sonrío, pero que es de acuerdo a los años, uno va tomando la madurez para tolerar todo eso'.
Yissel Guerra

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