Liga Nacional

'Mi esposa está tatuada en mi corazón'

El técnico Roque Alfaro se destapa en 'Con Sello Femenino'.

2011-10-05

El técnico del Platense, Raúl Roque Alfaro, nos abrió las puertas de su intimidad para confiarnos lo que ha sido el fútbol y su familia en su vida. Además que es seguidor del equipo Newell’s de su natal Argentina.

¿Cómo fue su infancia?
Como todo chico en Nogoya, una ciudad de 25 mil habitantes, hoy más de 35. Una infancia como la de todo niño de inventivas, la época de gomera como le llamamos…

¿Gomera?
Sí, lo que tira para matar pájaros, ondas como les dicen también. Igual barriletes y los juegos que uno hacía para uno.

¿Cuántos hermanos son?
Somos cinco, el mayor 65, luego mi hermana de 63, mi hermano de 61, mi otro hermano de 59 y yo de 55 años.

¿Todos vivos?
Sí, mi madre también. Mi padre no. Él falleció hace unos cuatro o cinco años. Mi infancia la viví con mi madre, a los siete años que ellos se separaron sólo nos quedamos con ella que nos crió a todos. Después de ese momento no existió nunca la vivencia con mi padre.

¿Cero contacto?
Sabía por donde andaba él o estaba, quizás por el afán cuando pasé a ser jugador de fútbol, él intentó verme un par de veces y en realidad lo rechacé.

¿Estaba dolido?
Nos dolió mucho, puntualmente a mí me dolió por no haber podido disfrutar a mi madre de la manera que lo hubiera podido haber hecho de ser un chico que la tenía todos los días. Ella se levantaba a las 5:00 de la mañana y volvía a mi casa a las 2:00 de la tarde, pero después se iba a otro trabajo, regresaba hasta la noche, así que yo no la veía nunca.

¡Qué duro!
Durante todo un tiempo hasta que pudimos equilibrar la vida. Fue duro por eso, pero feliz porque uno de chico no tiene nada de obligaciones y además una infancia muy sana, no habían las cosas de hoy en día…

¿Está casado?
Sí, claro. Vivo con mi señora, tenemos tres hijos. Una de 33, que tiene 3 hijos también, una de 30 que trabaja en Egipto y mi hijo de 23 que tiene un nene. Ellos son mi familia.

¿Cómo conoció a su esposa?
En la cancha de Newell’s, ella era hincha. Empezamos a tener una relación en la juventud, cuando yo era jugador de divisiones inferiores, estaba en la reservas, que es la preliminar a primera, como acá. Así fue como nos conocimos…

¿Cómo se enamoraba en Argentina en aquellas épocas en relación a la actual?
Uy, es completamente distinto. Hoy no sé cómo se enamoran…

Ya no enamoran creo, ja, ja, ja...
Yo ni sé. Mirá, si me llevás a una confitería (discoteca) a bailar no sé ni cómo se saca a bailar a alguien. Antes era distinto, pues dependía de si tenías o no compromisos, si quisieras o no tener uno también. Conocer a las familias, los permisos, si hay o no química…

¿Todo un protocolo?
Correcto, un protocolo lindo que en definitiva terminaba siendo algo serio porque en realidad valía la pena. En mi caso, al menos era que yo tuviera la oportunidad de conocer a alguien responsable.

¿Qué año fue esto?
Nos pusimos de novios en el 76 y nos casamos en el 78, a principios. Y tuvimos hijos rápido. Hijos ya en 79 y 81 tuvimos las nenas, para luego 8 años después, en el 88, tuvimos al nene.

¿Le gusta la playa?
Me gusta mirar el agua, no me gusta la playa, le tengo miedo al agua.

¿Por qué?
No sé nadar, hice una piscina en mi casa para mis hijos y yo la miraba nada más. Entraba al agua, pero me quedaba parado mientras no me tapara ja, ja, ja. No me gusta, nunca aprendí, le tengo miedo al agua. No quiere decir que no me baño porque sí lo hago todos los días, que quede claro.

¿Tiene tatuajes?
Sí, tengo dos. Uno que pertenece a mis hijos: Virginia, Andrea y Roque. Y otro que es a mis nietos, sólo tres iniciales, me falta el último que lo tengo que poner luego.

¿Y si tiene más nietos?
Habrá que ir haciendo más espacio para ellos.

¿Y su esposa?
A mi esposa la tengo tatuada en el corazón…

¡Ayyy, qué romántico me salió profe, estoy que lloro!
Claro que sí, siempre en mi corazón.

¿Le gusta el asado?
Comer asado me gusta, pero no sé hacerlo. Así que no me invités a hacer comida porque no puedo.

¿Y cómo hace?
Yo te puedo asegurar que lo único que sé hacer bien es calentar agua y calentar mi mate, nada más.

¿Qué come?
En el hotel trato de alimentarme con comidas que me gustan, carnes, mariscos, pizza, pastas y demás.

Cuénteme de su habitación de hotel acá en Puerto Cortés
Mirá, está remodelada a mi gusto. Las tres veces que he estado acá ha sido siempre en la misma habitación.

Quizás no son muchos, pero ¿qué hace en sus ratos libres?
Escucho música, me quedo en el hotel, hace demasiado calor para estar en la calle. Paso en internet conectado con mis amigos, en el Facebook me entretengo. Escucho radios por internet de mi país, me informo del fútbol de Argentina y de mi Newell’s. Y claro en contacto con mi familia.

¿Se considera afortunado en el amor?
Feliz con lo que hemos vivido y pasado. Si eso es ser afortunado en el amor, sí me considero entonces muy afortunado porque tengo unos hijos hermosos en todos los aspectos y porque tengo una pareja que me acompaña.

¿Cuáles son las diferencias de ser papá a ser abuelo?
Una diferencia muy grande. Es que son distintos. Yo creo que el amor que vos les tenés a tus hijos es completamente diferente al de los nietos.

¿En qué sentido?
Mirá, con tus hijos jugabas, a los nietos te los tenés que llevar a jugar. Con los hijos ellos te buscan para jugar, en cambio a los nietos yo los voy a buscar para jugar con ellos. Creo que es algo que se manifiesta. Al padre se le tiene todos los días, pero a los nietos no es así, entonces el momento que se comparte es para disfrutarlos al máximo.

El fútbol, ¿cuándo se vuelve parte de su vida?
Decirte que siempre quise ser jugador de fútbol, no es mentirte. Yo a los 11 años ya jugaba con chicos de 12 a 15 años cuando podíamos hacerlo, porque no me alcanzaba la edad. Pero la verdad que mis condiciones futbolísticas ya me hacían capaz de hacerlo. Además, nunca fui grande de estatura, siempre fui chico, pero siempre fui muy atrevido futbolísticamente, un buen jugador y eso fue lo que me dio la posibilidad de poder rápidamente llegar a una primera división en mi pueblo. Estar en la liga de mi ciudad.

¿Cuándo llegó a Newell’s?
En el 74 y en menos de un año debuté en primera división. Valió la imagen de las condiciones que tenía yo futbolísticamente para poder ser considerado importante.

Cuénteme de sus experiencias en el fútbol internacional
En Grecia viví lo más hermoso y fue el nacimiento de mi segunda hija, Virginia. Luego regresé a Argentina, estuve 8 meses en NOB, pero me vendieron después al América de Cali, Colombia. Ahí tuve la satisfacción de ser campeón por primera vez en el fútbol. Luego me transfirieron al River Plate en Argentina.

¿Feliz?
Sí, porque yo de pequeño era hincha de River, hasta que llegué a Newell’s que me hice hincha de ellos. Y yo hoy soy empedernido hincha de mi equipo, mi cuerpo está vestido de rojo y negro. En River sí viví la etapa más gloriosa.

¿Por qué?
Se lograron triunfos importantes: Campeonato argentino 1985-1986, primera Copa Libertadores 1986, Primera Copa Intercontinental 1986 y Primera Copa Interamericana 1986.

¿De qué jugaba?
Yo era volante por izquierda. El 86 también Argentina sale campeón en el Mundial en México. La mayoría de los jugadores eran de River también y otros eran del equipo que jugaron de Paraguay. Compartí un plantel bellísimo de apellidos, pero también de grandes seres humanos, extraordinarios hombres. Hoy el fútbol está envuelto de mucha juventud, misma que hace por ahí que el fútbol sea inestable.

¿Por qué cree eso?
Mirá, la mentalidad del chico hoy es muy buena y mañana ya deja de serla porque hoy ya fue muy bueno. En cambio el hombre, por ahí sabe a dónde está apuntando, tiene mayor equilibrio.

¿Y su primera visita a Honduras?
Es una historia bellísima donde las estrellas de esos equipos eran el Bambino Veira, técnico de River, y mi querido amigo Chelato Uclés, técnico de la Selección de Honduras. Nosotros salimos a la cancha y nos aplaudían, pero salía Chelato y el Bambino del otro y se venía el estadio abajo.

Qué increíble estar ahí…
Sí, los dos se abrazaban en el medio de la cancha. Donde Chelato grita: “Bambino”. Y luego Bambino gritaba: “Chelato”. La gente se enloquecía, ni te podés imaginar lo que era ese estadio, llenísimo. Todas las figuras vinieron a Honduras. Después seguimos en gira hacia México y antes de volvernos, pasamos de nuevo por Honduras, como no nos podían ganar, nos trajeron a San Pedro Sula y nos ganaron 1 a 0 con un penal inventado ja, ja, ja.

¿Qué sintió con el descenso de River?
Tristeza porque si bien yo estoy lejos de River, formé parte de una historia muy bella, pero sí lamentaba que año tras año se fuera deteriorando el club.

¿Hasta cuándo en River?
Un 16 de agosto, un día después de mi cumpleaños, que jugué un partido de revancha con la Liga Alajuelense, donde les ganamos 3 a 0 y salimos campeones de la Copa Interamericana, esa misma noche, Newell’s me hizo una invitación para volver a jugar con ellos.

¿Les dijo que sí...?
Ni lo dudé, es que aparte yo voy a Newell’s, siendo titular en River, para ser suplente. Es el último campeonato largo que se hizo de 38 partidos, jugándolos todos, entre comillas, fui la figura estelar, porque logramos ser campeones 1987-1988, fui el goleador del equipo con 14 goles.

¿Cuántas copas tiene?
Newell’s tiene 6 estrellas, la primera que la consiguió de la mano de Mario Zanabria. Luego la segunda fue con un equipo que todos los jugadores que componían ese plantel, más entrenador, ayudantes, utileros, médicos y todos, fueron ex jugadores del equipo. Nacidos y criados en la cantera del fútbol de divisiones inferiores, por eso El Gráfico decía “Newells’s, el campeón de todos”.

Pero qué buena cantera…
Sí, y fue hasta un tiempo la cantera más importante que entregó jugadores al fútbol argentino y mundial. Los Batistuta, Messi, Valdano, Sensini, más jugadores, técnicos, un sinfín de promesas. Pagué la deuda por todo lo que me había entregado Newell’s.

¿Qué le dio Newell’s?
La posibilidad de hacerme jugador de fútbol, que fue lo que siempre quise. Interinamente dirigí en el 93 y luego inicié como entrenador de divisiones juveniles con ellos.

¿Ya los dirigió en primera?
Todavía no, es mi ilusión. Siempre digo que hay tiempo…

¿Cuénteme de Mario Zanabria?
Mario es para mí el espejo donde me miré siempre, en todo aspecto. Para saber caminar, saber qué es esta profesión. Me crié como muchos de esos chicos con aquel campeón de 1974 y Mario formaba parte de ese logro. Él es el ídolo de Newell’s Old Boys de Rosario, él consiguió que se lograra la primera estrella en la cancha de su tradicional rival, Rosario Central, y de su bendita zurda con su gol se empata el partido y fue campeón.

Increíbles los logros del profe Zanabria…
Hay un refrán que tiran los hinchas: “En tu cara y en tu cancha te dimos la vuelta olímpica, bendita sea tu zurda, Mario Nicasio Zanabria”. Fíjate que hay un cuadrado muy grande en el estadio donde se ve un arco dibujado y una pelota que va entrando y la foto de Mario Zanabria.

Jamás diría él eso…
La humildad que tiene es grande, él es por eso el espejo donde me miré siempre. Que realmente me enseñó, sin decirme nada, muchas cosas porque yo quise aprender de su humildad, de su forma de ser, de su comportamiento, de su vestir, el ser tan ubicado, grande, yo creo que es aún más grande de lo que es por su gran forma de ser.

¿Qué tal el reto con Platense?
Es muy lindo el reto. A la vez me encontré con un grupo de jugadores que me agrada su juego. Es también muy mi estilo. Quizá ha faltado en otras ocasiones la materia prima, pero hoy yo creo que está. Hay un buen componente de jugadores...

¿Qué desean?
Lo que nos ponemos como reto día a día. Por ahí, creo que en inferioridad de condiciones hacemos todo lo posible por no perder y tener puntos importantes. Por eso hay cosas que estamos logrando, seguros y de la mano. Tranquilos y contentos, es lo que el grupo presenta también.

¿Cómo se siente en el Puerto?
Muy identificado con la gente, me tiene un gran aprecio y yo respondo lo mismo. Me siento contento acá. Yo estoy comodísimo, me gusta la gente, a pesar de los inconvenientes que hay en todos lados. Espero que me pueda ir con la alegría de lo que vine a buscar. Siempre digo que para eso necesito de mis grandes colaboradores.

¿Quiénes?
Mis jugadores, es lo que les he pedido. Es un gran desafío, pero es un buen momento donde nos encontramos y por ahí las posibilidades de llegar a una liguilla, que es difícil, pero nadie nos lo puede impedir, si queremos.

¿Qué tan duro es unirse a un plantel que cambia de DT tanto y que deja a los jugadores quizá confundidos?
Es verdad, cómo me encantaría que esto que estamos hablando sea parecido a los de muchos años atrás, donde había un respeto por lo que defendías. Se validaban opiniones, no era tan determinante si la pelota pegaba en el palo y entraba o se iba afuera, como lo es hoy. Si entra, está todo bien y si no, está todo mal. Entonces, no duras ni siquiera la posibilidad de sacar una conclusión.

¿Es complicado…?
Sí, es un gran error que está existiendo. Por eso se ven más inconvenientes que sufren los equipos porque en definitiva terminas diciendo, los jugadores son los culpables y no sé hasta qué punto, porque viene otro técnico, los saca y pone otros. Entonces, no terminas de conformar un equipo. Creo que debería de haber en general un proceso que se respete.

¿Pero Vargas lo intentó?
Sí, lo que pasa es que sí necesitas también las piezas. Hoy por hoy, hay una idiosincrasia bien grande que es realmente la vivencia del juvenil en las divisiones inferiores. No están preparados como para soportar demasiadas presiones, porque por ahí juegan bien y de un solo se los llevan a primera, sin siquiera estan preparados.

Tan cierto…

Todo necesita de un proceso, yo debuté muy rápido en primera. Pero tardé dos años en divisiones inferiores para llegar.
Después que llegué, ya tenía un proceso importante. Por eso te decía el significado de Mario Zanabria para mí, pero no sólo él, sino el grupo campeón de ese año. De jugadores que demostraban su amor a la camiseta y por que todos los días iban a entrenar con la cara y el semblante lindo, muy transparentes. Había un cuidado dedicado a su profesión, hoy en día no todos.