Ese día nacieron sus trillizos Juliana, Juan Pablo y Juan Manuel. “La idea era buscar la hermanita para Emiliano (su hijo mayor) y resultó que venían tres. Una sorpresa, pero gracias a Dios pudimos salir bien y hoy tenemos esta alegría inmensa de tener esta linda familia”, comienza al abrirle a DIEZ la puerta.
En casa de los Rodríguez abundan los juguetes, biberones, cunas, pañales...
Con los trillizos en brazos y sentado en el piso, como usualmente transcurren sus días, Palomo nos confiesa cómo lo tomó por sorpresa.
“A veces lo hablamos con mi esposa, ¿cómo nosotros? Todavía nos cuesta creer en todo esto”, nos confesó.
En la cancha, Rodríguez destaca mucho por calidad, por el desgaste que hace, pese a sus 36 años y por lo gruñón que es durante los partidos, pero con sus hijos en brazo parece otra persona, el futbolista le da paso al instinto paternal. “Julio es muy buen padre”, nos dice su esposa, la uruguaya Corina.
Le preguntamos a Palomo si en su vida como futbolista había anotado un triplete. “Nunca hice tres goles en un partido, hice doblete y ahora tengo dos títulos con el Real España. Lo que puedo decir es que los trillizos vinieron en una etapa de mi vida bastante tranquila, esa estabilidad que tengo a nivel profesional, va de la mano con mi vida de papá”, manifestó.
El capitán aurinegro recuerda que tuvo dos torneos muy duros por la ausencia de su familia, quienes llegaron justo para el torneo Apertura 2013.
SUS DÍAS EN SAN PEDRO SULA
Los días del uruguayo transcurren entre el fútbol y sus chicos. Le queda poco espacio para lo demás. “Voy a entrenar temprano, a eso de las 10:30 am regreso a mi casa y estoy con ellos, porque se requiere mucho tiempo y trabajo, además me hicieron tanta falta y ahora aprovecho esta profesión que da tanto tiempo para estar con la familia”.
El orgulloso padre nos cuenta que disfruta cada momento con sus hijos.
“Verlos crecer, cada cosa nueva que hacen, tanto para mí como para ella (su esposa) es algo emotivo y la verdad que cada tiempo que tengo para ellos, trato de aprovecharlo”.
Julio nos cuenta una anécdota con sus pequeños. “Son amigos y hermanos. Les cuento, uno de ellos descubrió la escalera, comenzaba a subir y después buscaba a la nena, la verdad es que son un show, son completamente diferentes, una cosa de locos”.
La vida le ha cambiado totalmente al futbolista desde la llegada de sus bebés. Cada cosa con ellos, la vive intensamente.
“Cuando llegas de un partido, abrís la puerta y empiezan a gatear rumbo a la puerta, parecen cachorritos, es una alegría saber que te están esperando y tan chicos demuestran todo su afecto”.
BUEN PADRE
Su esposa, Corina Costabel, describe al futbolista así: “Julio es muy buen padre, les dedica todo el tiempo que tiene y le gustaría estar más con ellos, pero con el tema del fútbol se pierde de muchas cosas”.
Y añade: “Creo que disfrutará más cuando empiecen a caminar y a jugar, que es lo que hace con Emiliano, el mayor”.
Julio no le huye a los pañales, según el testimonio de su esposa. “Siempre los cambia”, nos confiesa la madre. Y aunque le queda bien la carne, “no se encarga de la comida porque no sabe hacer las medidas”.
Así es la vida de Julio Rodríguez, el capitán campeón del fútbol hondureño.