Internacionales
2013-03-02
50 metros de la calle principal que conduce al estadio Sergio Reyes, miramos que Romario Pinto lleva en sus manos dos camisas, una de la Selección de Honduras y otra de Brasil.
Se presentó a la entrevista con una sonrisa de oreja a oreja. 'Bon día, hermano', nos saludó con su acento portgués. Nos trasladamos al hotel de concentración del Deportes Savio y comenzamos a hablar de su aventura en tierras catrachas.
¿Cómo se da tu llegada a Honduras? 'El gerente del club, Francisco Herrera, me contactó con un amigo contratista, vio los videos, llegué a prueba y todo salió bien', comentó.
'Sabía poco de Honduras, pero de fútbol tenía conocimiento un poquito más porque las veces que han jugado con Brasil fueron un dolor de cabeza', dijo mientras recordaba el duelo que sostuvieron catrachos y garotos en Londres 2012.
'Fue tranquilo mi primer día aquí, un poco difícil porque no hablaba nada de español, había un brasileño (Marcelo de Souza) que me ayudó mucho porque la fase de adaptación es difícil, pero gracias a Dios todo salió bien en Santa Rosa de Copán', siguió el futbolista.
SU VOZ SE QUEBRANTA...
Romario no dudó en venir a Honduras porque en Brasil no tenía muchas oportunidad de jugar profesionalmente y así ayudar a lo más importante que posee...
'Mi familia me apoyó cuando les dije que venía a jugar a Honduras, uno mismo sabe la dificultad que hay, era una experiencia nueva.
Siempre hablo con ellos, me animan, eso me da motivación. Yo por eso le digo a mis compañeros que juguemos bonito, eso alegra, yo extraño a mis hijos que son mi vida, yo estoy acá para un mejor futuro de ellos'.
¿Qué te dicen tus hijos? Mira al cielo, sus ojos se tornan llorosos, respira profundo, responde con voz quebrantada: 'Son llorones, me dicen ‘papá regresa’, yo les digo ‘tranquilos hijos, estaré de regreso muy pronto’, la verdad es muy difícil vivir lejos de ellos'.
El fútbol tiene un significado muy especial para él. 'Es mi vida, mi sueño, es mi familia, muchas personas dependen de mi fútbol, es mi sueño ayudarlos', confesó.
'SON BUENA ONDA'
El delantero disfruta su segunda campaña en Deportes Savio.
'La situación de Savio es admirable, tengo que agradecerle a los muchachos y directivos, el primer torneo me fue más o menos por la fase de adaptación, ahora en el presente torneo es muy diferente, estamos mejor'.Contó que no ha sufrido por la comida, tiene amigos que le han ayudado. 'Es muy rica la comida catracha, me como dos o tres baleadas, y las pupusas, cuatro', nos detalla sonriendo.
¿Quién es tu mejor amigo en Savio? 'Decir nombres es complicado, pero están Brayan Castro, Óscar Fortín, Johnny Galdámez, Óscar García, la mayoría son buena onda conmigo', dice utilizando un buen español.Aceptó que ha sufrido por la falta de salario, pero que el 'Savio no es el primero ni el último con atrasos'.
'BONIEK PARA BRASILEÑO'
En casi nueve meses en el país, nos ha tomado cariño. No se pierde los partidos de la Selección Nacional y dice que si se da la oportunidad 'defendería de corazón a Honduras'.
'Ojalá que vayan al Mundial, eso es bueno para su fútbol, pero sé que no es fácil el camino. Tienen un muy buen equipo, una nueva generación, ojalá le ganen a México. Ojalá que jueguen en Río de Janeiro para ir con toda mi familia', apuntó.
Boniek García es su admiración: 'Se parece mucho a los jugadores de Brasil, yo soy admirador y fan de él, juego bonito, me gusta un futbolista así, que son atrevidos. Me gustaría mucho conocerlo'.
Luego de una extensa plática, bajo la mirada de sus compañeros de equipo, Romario se despidió confesado que Brayan Castro 'es duro para bailar samba'.