Subidas de peso y sin ritmo: La realidad de los futbolistas en Honduras que preocupa a los preparados físicos

El parón que ha provocado la pandemia del coronavirus se ha convertido en un 'enemigo' no solo en la sociedad, sino que de la parte física de los deportistas de alto rendimiento en el mundo.

Luego de más de 40 días en confinamiento, los efectos negativos en la preparación física, en este caso de los futbolistas en Honduras, podría pasarle facturas.

Diario Diez ha dialogado con los preparadores físicos de los principales clubes de la Liga Nacional y estos dan a conocer los consecuencias que esto les traerá cuando se reanude el torneo Clausura que de momento no tiene fecha.

'La preparación de un futbolista dista mucho del entrenamiento que uno pueda hacer en un departamento o casa. Ha afectado mucho y se ha perdido la condición futbolística en casi cinco semanas que llevamos aislados', comentó Patricio Negreira, preparador físico del Motagua.

Además aseguró que durante este parón se pierde 'la dinámica del juego, el ritmo, la condición del entrenamiento. Lo que se pueda hacer en un departamento es el mantenimiento de la preparación física, pero eso solo es el 10% de la preparación de que necesita un futbolista profesional para jugar un partido'.

Santiago Gadea, preparador físico del Real España, aprovechó y fue un poco más allá, ya que considera que el fútbol es un tema colectivo. 'Es muy negativo estar tanto tiempo sin actividad en un deporte que es colectivo y estar entrenando solo, luego al no tener contacto el cuerpo técnico con los jugadores, no se lleva un control de los mismos para ver cómo están en control de peso o estructuralmente y luego físicamente', analiza.

Gadea lo resume de esta manera: 'Sin entrenar en una semana se pierde el ritmo, en dos semana ritmo de juego y en tres estructura física técnica-táctica del deporte y en cuatro o más se pierde deportivamente'.

Por su parte, Pablo Martin, preparador físico del Olimpia fue muy sincero y confesó algunos aspectos que le complican a sus jugadores de poder estar realizando trabajos de mantenimiento en la parte física.

'Yo hablo con ellos y algunos tienen una herramienta para trabajar, otros nada. Unos no pueden salir a trabajar porque los vecinos no los dejan. Lo único que han hecho es mantenerse en alguna actividad, pero eso está muy lejos de lo que un jugador profesional necesita para poder soportar 90 minutos de mayor intensidad que se necesita en el fútbol moderno'.

Y considera que pierden: 'Fuerza, capacidad aeróbica, motivación mental por la salud de él y sus familiares. Después de dos meses los jugadores pierden la parte aeróbica, coordinación, el timing de sacar un centro o pararlo y rematar al arco, hacer trabajo reducido de forma coordinada'.

Luis Ayala, preparador físico de los verdes del Marathón, también ha dialogado con DIEZ y cree que parte de los efectos que se tengan pasarán por la deportividad de los futbolistas.
'Aquí se depende del profesionalismo de los jugadores, la situación alimenticia de cada hogar, ya que hay equipos que han cancelado y otros no. Los espacios físicos con los que puede contar el jugador para hacer los entrenamientos que uno les está mandando'.

'Hay un desgaste psíquico si el jugador se ha estado informando o desinformando. Nunca es lo mismo que uno los esté dirigiendo porque los está observando por medio de los GPS'.

EL TIEMPO QUE CREEN NECESARIO PARA RECUPERAR LOS JUGADORES