Éstos desembocaban en la mala relación que ella misma tenía con el menor, cuyo último rastro se perdió, antes de aparecer muerto en el maletero del coche de ella, en un camino de Las Hortichuelas, en el Cabo de Gata, Almería.
Este es el principal móvil del cruel asesinato, junto al económico con el que trabajan los investigadores: el emocional.
Después de barajar la posibilidad, en la misma tarde en que la mujer dominicana fue detenida y el cadáver hallado en su auto, de que Ana Julia quisiera en realidad cobrar un rescate a cambio del niño, los primeros interrogatorios han llevado a los investigadores a centrarse en la otra hipótesis principalmente: la mujer sentía unos celos enfermizos del niño, que tenía una mala relación con ella conocida desde hace meses por todo su entorno, y cuya existencia mantenía en cierta forma unidos a los padres del pequeño, situación que ella toleraría con dificultad.
Ana Julia Quezada, llegó a Almería desde Burgos y mantenía desde hace apenas unos meses una relación con el padre del menor, Ángel Cruz.
La mujer llegó en 2014 a la localidad de Las Negras, en Níjar (Almería), donde durante toda la búsqueda ha permanecido el puesto de mando avanzado que ha dirigido el rastreo desde la desaparición del niño en la vecina pedanía de Las Hortichuelas.
Ana Julia y su novio de entonces conocieron el lugar durante unas vacaciones y posteriormente inauguraron a medias un bar-cafetería en el único centro comercial de Las Negras.
Sin embargo, la relación entre los dos se rompió un tiempo después, sin que haya sido concretado de forma exacta cuándo.
Familiares de Ángel Cruz señalan que la mujer conoció al padre de Gabriel hará aproximadamente un año, si bien la relación entre ambos no se habría consolidado, según ellos, hasta hace unos meses.
Aseguran que no tenían demasiado trato con la mujer, aunque añaden que solía acudir casi todos los fines de semana a Las Hortichuelas con su pareja. Así lo hizo el día en el que desapareció Gabriel.
Los habitantes del lugar donde se perdió el rastro del niño Gabriel Cruz aseguran que nadie pensó en que Ana Julia pudiese ser la responsable de la desaparición 'hasta que pasó lo de la camiseta, fue muy raro que estuviese seca y la encontrase ella'. 'Mi yerno es policía y pasó con un grupo por la mediana y no vio la camiseta. Ahí sí hubo algo de sospechas, porque además estaba seca', relata un vecino.