Desde los años 40 existe un tipo de luchador al que llaman 'exótico': son hombres cuyos personajes contienen elementos homosexuales o afeminados.
Hoy uno de los luchadores exóticos más famosos de México es Cassandro, quien se autodefinde como 'el Liberace de la lucha libre'.
Las periodistas Victoria Ferran y Susan Marling, de la productora Just Radio, realizaron un documental sobre Cassandro, que fue transmitido a través del Servicio Mundial de la BBC.
Allí, el luchador cuenta cómo es su vida y cómo llegó a convertirse en una 'drag queen' (transformista) del cuadrilátero.
'Tengo 45 años, mido 5 pies y 3 pulgadas (1.60 metros). Es pequeño para la mayoría de los luchadores', dice el deportista, quien nació en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, en Estados Unidos, y alternó su vida entre ese lugar y Ciudad Juárez, del lado mexicano.
Foto: Diez
Cassandro recuerda sufrir discriminación desde pequeño por su orientación sexual. '
Esa es la escuela a la que asistía', le muestra a Ferran durante un paseo por El Paso.
'Cuando tenía 6 años me llamaron a la oficina del director y no sabía por qué. Ahora sé que era porque era gay', dice.
Cuando tenía 16 años decidió mudarse a Ciudad Juárez para convertirse en luchador. Cuenta que el ring lo hacía sentirse empoderado.
'La lucha es tan masculina, tan machista. Muchos dicen 'un homosexual no puede hacer esto'. Así que me gusta provocarlos un poco', confiesa.
Sin embargo, no le resultó fácil. 'Por años me costó que el público, en especial el masculino, dejara de catalogarme como un hombre gay y viera mi talento, mis habilidades como luchador; que dejaran de ver lo negativo para ver lo positivo', relata.
Su gran objetivo era concientizar a la audiencia. 'No quiero que seas parte del problema, quiero que seas parte de la solución, y la solución es que tú estés bien con que alguien sea homosexual, transgénero, bisexual. Y si tú lo eres, que sepas que está bien ser quien eres', afirmó.
Foto: Diez
UN GRAN CAMPEÓN
En 1992 se convirtió en el primer luchador exótico en ganar un campeonato de lucha libre, el Mundial Ligero de la Asociación Universal de la Lucha (UWA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, el éxito llevó a Cassandro por mal camino en su juventud. 'No fue bueno tener que lidiar con la fama y el dinero. Y cuando descubrí las drogas y el alcohol me sentí anestesiado. Ya no recordaba el abuso y las golpizas', confesó.
'Terminé viviendo en el patio de un amigo, comiendo de tachos de basura, pasando los fines de semana en prisión, perdiendo a mi madre, perdiéndome a mí mismo', recuerda.
El 4 de junio de 2003 decidió dar vuelta a su vida, pues sabía que andaba por el mal camino.