El número uno mundial no pudo sellar su boleto para cuartos de final, instancia que había alcanzado en 2012 en su anterior presentación en la hierba germana, por lo que ha comenzado comenzando del peor modo la temporada sobre hierba.
De hecho, un día después de levantar su novena corona en París, Nadal viajó a Alemania, se instaló en Halle y poco después se dirigió a entrenarse en el césped, para ir tomando ritmo en la superficie que más se le complican las cosas.
'Es difícil hablar de este partidos, no sé qué decir. No ha jugado' practicamente, se lamentó Nadal, con el ceño fruncido, recordando que la víspera había avisado que 'era el peor rival posible para un primer partido sobre césped'.
'Este partido no tiene ningún valor en la preparación para Wimbledon. Todo fue negativo. La única solución es seguir trabajando como lo he hecho desde mi llegada' aquí', agregó el nacido en Manacor, quien se marchará a descansar algunos días a Mallorca antes de 'ir a Wimbledon el miércoles'.
Brown, un 'invitado' de 29 años, ahora enfrentará el viernes en cuartos de final a su compatriota Philipp Kohlschreiber.
DIFICULTADES SOBRE EL CÉSPED
Tras tener libre en primera ronda, el primer sembrado del torneo volvió a encontrar dificultades sobre la hierba, una superficie que naturalmente no lo ayuda por su forma de juego desde el fondo de la cancha y también le incomodo a su físico, especialmente sus rodillas. Y de hecho los números lo demuestras, pues el mallorquín de 28 años no ha ganado un partido sobre césped desde la primera ronda de Wimbledon en 2012.
Rafa se encontró con un rival agresivo, que lo puso contra las cuerdas con golpes explosivos, tanto en volea como desde el fondo de la pista, incluso engañándolo con globos cuando el español subía a la red.
Nadal cedió por primera vez su servicio en el décimo game, para perder la primera manga tras 37 mintuos.
Agrandado por la situación, Brown tomó el comando del partido y le quebró de entrada a Rafa, con dos globos muy aplaudidos, y luego en el cuarto game, para confirmar el quiebre enseguida y ponerse 5-0.
El número uno mundial salvó el honor con su servicio, pero Brown no desaprovechó sus chances ni dejó agrandar a Nadal, que se despidió con un duro 6-4, 6-1, tras una hora de juego en la cancha central.