Mike Tyson revela quién es el boxeador más temible de la historia: “Noqueó a cuatro policías, les quitó la pistola...”

Hablar de Mike Tyson sigue despertando nostalgia entre los aficionados al boxeo. Su sola presencia en el cuadrilátero era sinónimo de espectáculo: interpretaba a la perfección el papel del “chico malo” y lo respaldaba con un devastador poder de nocaut capaz de convertir en un suspiro combates que habían sido esperados durante meses.

Tras su retiro, la división de los pesos pesados siguió viendo nacer grandes campeones. Uno de ellos es Oleksandr Usyk, actual monarca indiscutido que posee los cuatro cinturones más prestigiosos y que, para muchos expertos, es hoy el mejor libra por libra del planeta.

Sin embargo, ni siquiera él ha logrado despertar el magnetismo que Tyson generaba, capaz de trascender mucho más allá del propio deporte.

Tyson es consciente de que no fue el mejor boxeador de la historia. Nunca alcanzó el título de campeón indiscutido y su récord no se mantuvo invicto. La industria lo empujó a prolongar su carrera más de lo debido, acumulando siete derrotas, cinco de ellas por nocaut.

Tampoco enfrentó rivales del calibre que tuvo Muhammad Ali en la era dorada de los pesos pesados, ni contaba con su estilo depurado. El propio Tyson ha reconocido que Ali fue “el mejor boxeador que jamás haya existido”.

Lo llamativo es que tampoco se considera el peleador más temible de todos los tiempos. Aunque sus rivales aseguran que nunca se sintieron más intimidados que al enfrentarlo, Iron Mike eligió otro nombre: “Sonny Liston”, reveló en el pódcast de Shaquille O’Neal, leyenda de la NBA.

“Sonny Liston era el luchador más aterrador de todos. Llegaba a una ciudad y la policía le decía que no podía entrar. Noqueó a cuatro oficiales, les rompió la mandíbula, les quitó la pistola... Era un verdadero monstruo”, relató sobre el púgil oriundo de Missouri, que se retiró en 1970 con un registro de 50 victorias y 4 derrotas.

Liston se coronó campeón de los pesos pesados tras noquear en el primer asalto a Floyd Patterson en septiembre de 1962, cuando las peleas titulares aún eran a 15 asaltos. Se quedó entonces con los cinturones de la AMB y de The Ring. Un año más tarde, en la revancha, repitió la hazaña: volvió a noquearlo en el primer round, confirmando que su triunfo no había sido casualidad.

No obstante, su reinado fue breve. Enfrentó a un joven Muhammad Ali que lo obligó a abandonar en el sexto asalto. En mayo de 1965 tuvo su revancha, pero Ali —considerado por muchos el más grande de todos los tiempos— lo derrotó de forma fulminante en el primer round, devolviéndole la misma medicina.