'Roland Garros siempre es un sueño, la cumbre de mis prioridades, pero el año pasado utilicé demasiada energía, hice demasiados esfuerzos para tratar de ganarlo. Comprometí mi torneo antes incluso de empezarlo a fuerza de pensar en lo que iba a hacer', reconoce.
Recuerda que en las semifinales donde se enfrentó a Nadal, ambos jugaron 'un partido increíble' y que nunca había estado tan cerca de ganarle en la tierra batida de París como entonces (perdió por nueve juegos a siete en el quinto set).
Pero ahora, insiste en que ha llegado a París 'con el título de Roma, seguro con mi juego, y el hecho de haber batido a Rafa en la final allí me da todavía más confianza'.
Preguntado sobre los 41 duelos que ha tenido en su carrera con el campeón mallorquín, el serbio destaca que cada vez que salta a la pista es 'como si fuera la primera vez. Ha habido tantas emociones, excitación, sentimientos, suspense entre él y yo que nuestra rivalidad es forzosamente especial'.
Así, señala que el enfrentamiento de seis horas que disputaron en Australia en 2012, y del que salió victorioso en cinco sets, quedará como 'el más épico de (su) carrera'.