La junta directiva del ente profesional deberá convocar en la última semana de junio a su asamblea ordinaria y en ella definir varios puntos, entre ellos cuándo reanudar el fútbol en Honduras y el formato de la competición para la temporada 2020-2021. Todo eso posteriormente deberá refrendarlo el Congreso de la Fenafuth.
Por lo que hemos confirmado, algunos equipos, debido a las circunstancias especiales que se viven, solicitaran cambio de formato y que no exista descenso en la temporada siguiente, como una especie de transición para la normalización del fútbol de primera división en Honduras, planteamiento que yo secundo .
Hace varias semanas, la Liga Nacional declaró finalizado el Campeonato Clausura de la temporada pasada, sin consignar un campeón, ni un descendido y con el paso del tiempo todo está en el aire para una reanudación. Esa decisión dejó chillando y con caras largas a algunos de la familia.
Por un lado el Ministerio de Salud y el Sistema Nacional de Emergencias (Sinager), que se ha hecho muy famoso por las cadenas nacionales de todos los días, aún no le han dado ninguna fecha a la Fenafuth ni a la Liga Nacional para que pueda disputarse partidos a nivel federado. El deporte se encuentra en una escala más complicada para su reapertura junto a otros rubros importantes de la economía.

Costa Rica pudo regresar a sus actividades deportivas y a reactivar su economía, en un alto porcentaje, siendo una de las naciones con menos mortalidad y con más recuperados del continente y el mundo.
A estas alturas, la Fenafuth y la LINA no han conciliado el protocolo de bioseguridad, el cual resulta muy complejo, si nos basamos en los parámetros establecidos por la Organización Mundial de La Salud para eventos sociales y deportivos.
Si nos ubicamos en los tiempos que esos protocolos llevan, los equipos de la LINA deberían empezar la primera fase a finales de julio y la pretemporada en la última semana de agosto. Las dudas flotan que a esas alturas del partido puedan estar preparados.
En ese hipotético escenario, el Torneo Apertura estaría iniciando en septiembre y habrá que ver en qué ciudades se podría jugar, tomando en consideración los índices de propagación del Covid-19.

Los encuentros perfectamente se podrían realizar en ciudades como Comayagua, Danlí, Siguatepeque, Juticalpa, Catacamas,Choluteca, entre otras, buscando para los equipos las distancias más cercanas, en principio a puertas cerradas y después ir viendo si se podría más adelante con aficionados.
Lo que resulta impredecible es si los alcaldes de esas ciudades a esas alturas del año y quizá con unos 10 mil contagiados, de acuerdo a proyecciones a las que hemos tenido acceso, permitirán que se realicen partidos de fútbol en sus localidades con el riesgo de contagio que les llevarán delegaciones de otras ciudades.
Otro asunto es que la mayoría de clubes pedirán a la Asamblea no jugar sin aficionados cada partido de fútbol tiene un costo entre 100 mil y 120 mil lempiras, eso depende de varios factores, por lo que se necesitarían unos 10 millones de lempiras para soportar la carga de 18 jornadas, 90 partidos en la fase regular.
Según información que manejamos, directivos de la Fenafuth y Liga Nacional trabajan en un planteamiento con el gobierno del indómito de Lempira para pedirle un alivio de 20 millones de devaluados y en eso uno de los mediadores es el congresista Toño Rivera Callejas.

Con la pentagonal a una sola vuelta como ya estaba, finalizar en noviembre, dejar libre diciembre e iniciar el siguiente torneo en la primera quincena de enero 2021.
En esto todas las partes deberán flexibilizarse ya que si no regresa el fútbol este año en Honduras, la situación será catastrófica, puesto que los clubes perderán millones de lempiras en derechos de televisión y patrocinadores; con enormes repercusiones para futbolistas, entrenadores, auxiliares y otros empleados que estarían varios meses sin ingresos.
De cualquier manera, hasta los denominados grandes, harán ajustes en sus plantillas de jugadores y cuerpos técnicos, habrá menos movimiento de futbolistas por cierto, todos adecuados a la realidad económica del país.