Esfuerzo, lucha y perseverancia, entre algunas características que describen de gran manera al hondureño Danny Izaguirre, jugador del Pittsburgh Riverhounds Sc de la USL, equivalente a la segunda división de Honduras.
Aunque a muchos su nombre no les suene conocido, es un delantero que se vestido varias playeras de la Primera División, Ascenso y hasta en el extranjero.
El Olancho FC, actual equipo ascendido a la Primera División de la Liga Nacional, fue el trampolín de Izaguirre para llegar al fútbol norteamericano.
Fue campeón con los Canecheros en el Apertura 2021, donde comenzó a confeccionarse el ascenso. El ariete de 25 años en esa campaña marcó un gol, pero su trabajo silencioso en el terreno de juego llamó la atención de los cazatalentos del club de Pensilvania.
Anteriormente formó parte de equipos como Olimpia reservas, Valle FC, Valencia (Segunda División), del Marathón dirigido por Carlos Pavón; además su anhelo por ser un legionario lo llevó a México a probar suerte en Cafetaleros de Tapachula, Veracruzano, Irapuato y Cancún FC (Liga Expansión).
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En su debut con el equipo de Estados Unidos hizo tres goles y su rendimiento ha ido en ascenso; sin embargo, una sobrecarga muscular no le permitió seguir en la temporada y viajó a Honduras para tratarse la lesión.
“He tenido una muy buena adaptación a pesar de que vengo de una liga que es de más roce. He aprendido a hacer más táctico y técnico”, explicó el oriundo de Cane, La Paz, en una charla con diario DIEZ.
Amigo de grandes figuras del fútbol nacional
Izaguirre nos cuenta de su gran amistad con los mundialistas hondureños Amado Guevara y Wilson Palacio.
“Hablo muy seguido con Amado Guevara, él ha sido como mi padrino del fútbol, me apoya, me da consejos. Otros jugadores con los que tengo contacto son Wilson Palacios y Samuel Caballero”, dijo el espigado delantero.
Y añadió: “Conocí al ‘Lobo’ en uno de los torneos amistosos que hacen en Estados Unidos, yo lo saludé porque siempre le he tenido admiración, intercambiamos números y así nació la comunicación”.
Sobre los tropiezos en el camino para llegar donde ahora está, mencionó que “todo ha sido muy sufrido, cuando estuve en México aguante hambre, lloré muchas noches porque tenía a mi familia lejos, pero todo eso me ha ayudado a ser más fuerte y hacer las cosas de la mejor manera, con carácter”, acotó.
“Llegué a equipos que no estaban bien económicamente y tocaba irse a entrenar sin comer, pero cuando tenés un sueño no importa las circunstancias. Yo sé que todo lo que he vivido son lecciones de vida”.
Danny menciona sobre su objetivo a corto plazo. “Yo primordialmente quiero llegar a la MLS, ser parte de la Selección Nacional de Honduras. Quiero ver mejor a mi familia, a mi hijo y abrir puertas para los jóvenes de mi pueblo porque sé que el camino cuesta”.
Su ayuda a las caravanas
El graduado de magisterio nunca se olvidó de sus raíces y en 2018 tuvo un noble gesto con los suyos.
“Pues mi madre es maestra y me dijo que venía un grupo de inmigrantes porque ya no aguantan en Honduras; además, yo he estado pendiente de las redes sociales. Desde que llegaron a la frontera de Guatemala con México, la gente se comenzaba a tirar del puente porque no los dejaban pasar. Comenzaron a llegar de 30 en 30 a México y ahí venían niños deshidratados, que no podían caminar por las llagas en los pies. También mujeres enfermas y gente con los tobillos doblados”.
“Ya llevo varios días ayudándolos con ropa y comida. Tengo muchas amistades que me dicen: ‘Oye Danny, ven a traer ropa de niño y agua’. Tenemos un grupo con una familia Carvajal, ellos se encargan de hacer baleadas y mandar para que coman. Hemos ayudado a unos 300 niños y a unas 1,500 personas con ropa, agua y medicina. Esto es gracias a gente mexicana y a hondureños que están en Estados Unidos”, dijo en una entrevista a OPSA en 2018.
