Desde su anuncio, y la información ofrecida sobre su sinopsis y que no estaría inspirada en ninguno de los materiales originales del autor de La Saga de Geralt de Rivia, Andrzej Sapkowski, la miniserie precuela de Netflix, titulada The Witcher: El Origen de la Sangre, ya comenzaba a levantar dudas sobre su futura calidad. Finalmente, los cuatro episodios estrenaron en la plataforma el 25 de diciembre, dejando mucho que desear.
La miniserie de solo cuatro episodios narra los eventos ocurridos 1,200 años antes de la serie de The Witcher, también en Netflix, teniendo como base principal de su trama la Conjunción de las Esferas, que es evento que trajo al mundo a los humanos y a los monstruos, pues antes solo había elfos, quienes tenían una civilización avanzada. La miniserie también cuenta la creación del primer brujo.
La miniserie es protagonizada por Sophia Brown (Marcella), Laurence O’Fuarain (Game of Thrones, Vikingos), Mirren Mack (Sex Education), Jacob Collins-Levy (Glitch), Michelle Yeoh (Todo en todas partes al mismo tiempo) y Joey Batey, que retoma su papel como Jaskier, quien aparece en tiempo presente y no en el pasado, que es donde ocurre la trama principal de la serie.
La miniserie ha dado de cabeza con la crítica, y especialmente con la audiencia, que ha encontrado con The Witcher: El Origen de la Sangre una de las mayores decepciones del 2022. El sitio web agregador de reseñas Metacritic muestra una nota promediada en base a las reseñas de la prensa especializada, que es de un pobre 47, siendo una nota por debajo del promedio.
Por otro lado, el sitio web Rotten Tomatoes, también agregador de reseñas, muestra otra nota promediada en base a las reseñas de la crítica, siendo todavía más baja, con un 38. La audiencia, que también puede dar puntuaciones, ha dado una nota promediada de solamente 8, en base a 1,048 reseñas de usuarios.
Tal parece que Netflix no ha sabido llevar bien la licencia de The Witcher. Con el anuncio de la salida de Henry Cavill de la serie principal a partir del final de la tercera temporada (aún sin estrenar), el público ha manifestado su descontento en redes sociales, amenazando con no continuar visualizando la serie. Los escritores de la misma continuarán ignorando el material de origen, por lo que han perdido el interés de los fans de The Witcher, y la salida de Cavill alejó a los espectadores casuales. El fracaso de la precuela parece colocar los últimos clavos del ataúd de The Witcher en Netflix.