Atlético de Madrid va por su revancha 42 años después contra el Bayern Múnich
El equipo colchonero no quiere repetir la historia de 1974 y buscará sentenciar la eliminatoria en su estadio.
El equipo colchonero no quiere repetir la historia de 1974 y buscará sentenciar la eliminatoria en su estadio.
En la final de la Copa de Europa de 1974 en Bruselas, el Atlético se adelantó ya en la prórroga, pero en el último minuto el Bayern empató, forzando un partido de desempate, disputado dos días más tarde y que ganaron los alemanes 4-0.
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Todas las generaciones de rojiblancos, los jugadores que disputaron aquel encuentro, los seguidores que lo vieron en vivo en el estadio Heysel de Bruselas o por la televisión, o los que aún no habían nacido, pero a los que sus padres o abuelos le contaron lo sucedido en aquel maldito último minuto frente al conjunto alemán.
El 15 de mayo de 1974 ha estado grabado en sus mentes años y años, con la imagen imborrable del 1-1 del alemán Hans-Georg Schwarzenbeck en el último suspiro de la final, a 40 segundos de la conclusión de la prórroga, con un disparo lejano que batió a Miguel Reina, portero atlético, y que frustró un título quizá merecido.
En el minuto 114, Luis Aragonés había dado ventaja al Atlético con un magistral lanzamiento de falta, una especialidad de 'Zapatones', que cuando salió el balón de su bota y superó la barrera ya levantó los brazos para celebrar el gol. Su parábola fue inalcanzable para Sepp Maier, el portero de aquel potente equipo alemán, la base de la selección alemana campeona del mundo en 1974.
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Paul Breitner, Georg Schwarzenbeck, Franz Beckenbauer, Uli Hoeness o Gerd Müller, entre otros, jugaban entonces en las filas del Bayern, que se encontró enfrente un gran equipo, el Atlético, que no había perdido ningún duelo en su camino hacia la final frente al Galatasaray, el Dínamo de Bucarest, el Estrella Roja y el Celtic.
Y al que sólo le faltaron unos segundos para culminar su sensacional Copa de Europa. 'Fue un palo muy duro. Anímicamente, aquel gol nos mató', explicó con el paso de los años Adelardo. Hubo muchas lágrimas en el vestuario, donde Luis Aragonés les dio ánimos, asumió, como siempre, su liderazgo ante un momento tan demoledor.
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'Lo digerimos mal. Estuvimos destrozados. No podíamos conciliar el sueño', recordó después Gárate. La noche en Bruselas fue larguísima en la expedición del Atlético. 'No salí de la habitación del hotel. Allí nos enteramos que el Bayern estaba entrenando para el segundo partido. Estábamos muy afectados', rememoró Adelardo.
Por delante, dos días más tarde, quedaba el encuentro de desempate en el mismo escenario. No se levantó de aquel golpe el Atlético, goleado por 4-0, con dos dianas de Uli Hoeness y otras tantas de Gerd Muller.
