Tras el humillante 1-7 ante Alemania en semifinales del Mundial 2014 y la derrota ante Holanda en la disputa por el tercer lugar, Dunga mantuvo la base con la que jugaba Scolari; convocó a algunos jugadores que no eran tenidos en cuenta e imprimió una nueva forma de comando, con más disciplina y reglas dentro y fuera de la cancha.
Puso a prueba a jugadores que vienen destacando en sus respectivas ligas en Europa como Luiz Adriano, Firmino y Casemiro.
Uno de los cambios fue el nombramiento de Neymar, del Barcelona, como nuevo capitán de Brasil en lugar del zaguero Thiago Silva, del París Saint Germain y cuyo liderazgo fue contestado durante el Mundial 2014 por los nervios que exhibió en momentos clave.
Pese a que Thiago Silva llegó a generar una crisis al lamentar que nadie le comunicara el cambio, el propio Neymar se encargó de acabar con cualquier disputa al colocarle el brazalete a su antecesor con un gesto de cariño al ser sustituido este martes en el partido frente a Austria.
Antes del 1-2 sobre Austria en Viena con un golazo de Firmino, una de las novedades probadas por Dunga, Brasil goleó a Turquía por 0-4 en Estambul el pasado 12 de octubre con una nueva actuación brillante de Neymar, autor de dos anotaciones.
La nueva era Dunga comenzó con victorias por poca diferencia sobre Colombia y Ecuador en partidos amistosos en Estados Unidos, y se consolidó con el 2-0 sobre Argentina con doblete de Diego Tardelli y el 4-0 sobre Japón con cuatro tantos de Neymar.
Los resultados en la nueva era Dunga recuperaron la credibilidad perdida en el Mundial y le permiten a Brasil soñar con un buen desempeño en la Copa América que disputará el próximo año en Chile, su primera competición oficial desde el Mundial 2014.