En el inicio del año 2013, el comité ejecutivo de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) ha realizado dos sesiones de trabajo. La primera fue el jueves recién pasado y la segunda el lunes por la noche.
Después de ambas reuniones, la entidad rectora del balompié nacional no ha tenido noticias sobre alguna correspondencia del técnico mexicano Juan de Dios Castillo, exseleccionador nacional, desde el pasado 3 de diciembre.
El entrenador azteca se fue en silencio, sin notificar a sus empleadores, en este caso el comité ejecutivo de la FESFUT.
“Nosotros le hemos escrito y él no nos ha contestado, así que la situación se mantiene igual”, apuntó el secretario general de la FESFUT, Juan Manuel Valiente.
A pesar de eso, la federación no ha bajado la guardia en el caso y tiene claro que en los próximos días podrían ser notificados sobre alguna gestión que haría el exseleccionador.
Por esa razón y para evitar mayores problemas, el comité ejecutivo de la FESFUT notificó a FIFA sobre lo que considera como abandono laboral de parte del timonel mexicano, a quien ya no se le ha cancelando el salario desde el abandono laboral.
Previo a la contratación del peruano Alberto Castillo como nuevo seleccionador nacional, FESFUT quería librarse de contratiempos con una dualidad de contratos. Después de dos semanas de que el azteca dejara el país, la dirigencia federativa confirmó que el inca sería el nuevo técnico de la Azul mayor, por el período de un año.
AÚN NO HAY ACUERDO
Luego de que la FESFUT perdiera la confianza al azteca para continuar al frente de la selección mayor, se intentó llegar a un acuerdo para rescindir el contrato, pero Castillo se aferró a que le cancelaran todo el acuerdo laboral, que finalizará hasta diciembre de 2013. De lo contrario, no habría acuerdo.
Para buscar una conciliación la federación ubicó al “Cuate” como capacitador de los técnicos de las 14 Asociaciones Departamentales de Fútbol Asociado (ADFAS), algo que no fue del todo aceptado por el mexicano.
FESFUT, en cambio, sí pudo llegar a un acuerdo financiero con Francisco Solís, quien fue asistente de Castillo en el fracaso con la Azul mayor.