Sin embargo, fue durante el Mundial de 1950 (Brasil) cuando el régimen militar de Perú que encabezó Manuel Arturo Odría entre 1948 y 1956, anunció la prohibición de potrear en la calle, esto fue lo que ocasionó que miles de ciudadanos se lanzaran al espacio público a jugar y sentir la pasión que a través del seleccionado incaico no podían.
A raíz de esto un grupo de vecinos de la cuadra 6 de la Avenida Prolongación del barrio La Victoria, nombrado uno de los sectores más peligrosos de Lima, decidió organizar un torneo callejero, desobedeciendo así a la mismísima dictadura, y fue de esta forma que nadie pudo frenar lo que con el correr del tiempo se transformó en una fiesta multitudinaria que se define el Día del Trabajo (1 de mayo).
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Aficionados apoyando a su equipo en un partido del Mundialito
Dentro de ello la cancha es de asfalto, las reglas irremediables y los árbitros son el punto de mira, convirtiendo el torneo en uno de los más apasionados del mundo.
El campeonato que inició con la participación de ocho equipos, tuvo en 2017 una inscripción de 56 clubes, y sus finales se disputan durante tres domingos bajo eliminaciones directas entre todos.
Además el campeón puede llegar a jugar hasta 30 partidos en un solo día en el que los jugadores salen al campo (la calle) sabiendo que los golpes son lícitos, y que es normal que se pierda la cuenta de los goles.
Los árbitros cumplen un rol particular, solo cobran los goles y alguna falta que ponga en riesgo la vida del futbolista y ante el desacuerdo de los hinchas suelen ser objeto de agresiones con objetos contundentes como botellas, encendedores, incluso calzado.