Grosso, que en ese entonces era jugador del modesto Palermo, llegó sin un nombre rutilante a la Copa el Mundo, pero desde su inicio en la justa, desplegó gran fútbol y fue clave en la obtención de la corona azzurri.
Actualmente Fabio Grosso tiene 38 años y se dedica a entrenar en las inferiores de la Juventus. Nació en Roma un 28 de noviembre de 1977 y comenzó su carrera en las reservas del Renato Curi Angolana.
Ahí permaneció varias temporadas hasta 1998, cuando fichó por el Calcio Chieti. Por entonces se desempeñaba como centrocampista ofensivo. Sus buenas actuaciones le valieron el salto a la élite del fútbol italiano, fichando por el Perugia en 2001.
Luego de ver pasar tres temporadas rindiendo a buen nivel en el Perugia, fichó en 2004 por el Palermo, lo cual supuso una sorpresa ya que el equipo estaba en la Serie B. Con los rosados Grosso logró ascender siendo uno de los pilares.
Pero su momento en la cúspide llegó a sus 28 años cuando Marcello Lippi, seleccionador de Italia en ese entonces, se lo llevó al Mundial 2006, el cual Italia ganaría con él jugando todos los partidos como titular. Tras el torneo, ficharía por el Inter de Milán.
SU MOMENTO: ALEMANIA 2006
Grosso es el último ídolo italiano, pues fue el artífice de la Copa del Mundo. Con un Grosso encendido, Italia consiguió el pase a cuartos de final ya que en el duelo de octavos ante Australia consiguió el pase con un penal que a él le cometieron en las postrimerías del juego. Tras una buena jugada personal, fue derribado en el área y con ese gol de penal de Totti accedieron de ronda.
En los cuartos se enfrentaron a Ucrania y con tremendo juego colectivo pasaron y Alemania, la anfitriona, los esperaba en semifinales.
Fabio Grosso e Italia no pudieron en los 90 reglamentarios ante la furia alemana, pero en los tiempos extras en menos de tres minutos acabaron con una Alemania que pintaba para campeón.
Fue el mismo Grosso que al minuto 119, a un minuto del final, mandó el esférico a guardar y así ponía el delirio en la afición italiana; un minuto más tarde Del Piero le puso la tapa al pomo, 2-0 ganaba Italia con un Grosso de leyenda.
Pero lo sublime llegaría... como que todo estaba planeado para ser la figura. En la final se toparon con la Francia liderada por Zinedine Zidane. Al final de los 90 y los tiempos extras finalizó 1-1; Fabio Grosso regaló la Copa al pueblo italiano definiendo la tanda de penales a su favor marcando el último lanzamiento.
Tras la épica justa mundialista, el lateral zurdo arribó al Inter por 5 millones de euros y el traspaso de Paolo Hernán Dellafiore. Sin embargo, Grosso se desempeñaría a lo largo de la temporada como suplente, jugando 23 partidos en su etapa como neroazzurro.
Se fue apagando poco a poco, en 2007, tras un decepcionante año en Milán, decidió mudarse a Francia fichando por el Olympique de Lyon a cambio de 7,5 millones de euros. Con el conjunto lionés, Grosso consiguió recuperar su nivel, ganando la Ligue 1, pero en su segunda temporada, se vio lastrado por las lesiones.
SU RETIRO Y UN NUEVO COMIENZO
En 2009 se hizo oficial su regreso a Italia al fichar por la Juventus por 2 millones de euros, Grosso recaló en el conjunto bianconero, logrando afianzarse en la titularidad. Para la temporada 2010-11, Paolo De Ceglie le ganó la titularidad y no sería ni convocado para jugar la UEFA Europa League.
Su contrato con la Juventus terminó en el verano de 2012 y en diciembre de 2012, el no encontrar nuevo equipo y sus frecuentes lesiones hicieron que decidiera retirarse.
Ahora, aquel último ídolo italiano que opacó, en 2006, a estrellas como Francesco Totti, Andrea Pirlo, Alessandro del Piero, entre otros, se gana la vida sacando nuevos valores dirigiendo en las inferiores del club en el cual se retiró; Juventus. Fabio dirige el equipo Primavera de la Vieja Señora del Calcio.
