Según el diario galés Wales Online y que reproduce As de España, el manejar este tipo de vehículos de alta gama le provocaba dolores musculares en las extremidades inferiores al futbolista.
Desde el pasado mes de julio, Bale pertenecía a un exclusivo club que le permitía conducir estos superautos cada vez que visitaba el Reino Unido (ser miembro del mismo puede llegar a costar hasta 42 mil euros al año).
La pasión de Bale por estos automotores es tan grande que incluso llegó a colgar fotos en redes sociales una imagen donde se le veía con un jet privado y un Lamborghini Aventador Roadster, pero ha dejado de ser parte del mismo porque estaba 'haciendo estragos en sus tendones'.
No es la primera vez que un jugador culpa a un automóvil de una posible lesión, ya Ryan Giggs dejó de manejar estos coches porque según él, aumentaban sus posibilidades de lesionarse muscularmente.