El centrocampista español se encuentra sin equipo en estos momentos y se tomó el tiempo de hablar con ‘Marca’ de su paso por el Real Madrid y de la Selección de España.
“Estás en el Madrid y estás en lo máximo que puede aspirar un jugador. Estás en el club más grande de la historia, en el que también has pasado momentos malos, pero que, al final, siempre conseguía superar... Siempre acababa jugando 40 o 50 partidos”, comenzó diciendo en la Isco en la segunda parte de la entrevista..
Y continuó: “Al final siempre superaba las adversidades y jugaba. Fui titular en dos finales de Champions, en las finales de Copa, de Supercopas... Hasta 2018 lograba estar en todos los momentos importantes y como te digo, el Madrid es el equipo más grande de la historia. Y aquí, entre comillas, viene el problema. Porque abandonar el Madrid en el justo momento en el que tienes que hacerlo es lo más complicado del mundo y le ha pasado a muchísimos jugadores. Y vuelvo ahora a 2018. Me operaron de urgencias de apendicitis. Los médicos me dijeron que el asunto era complejo, con más de un mes de baja. Pero yo a los veinte días ya estaba jugando. Ahí los médicos me habían advertido que me iban a presionar para que volver antes de tiempo, que yo me iba a sentir bien, pero que no lo iba a estar, que iba a sufrir... Pero el equipo estaba pasando por un mal momento, con varias derrotas como contra el Alavés, el CSKA y yo sentía que tenía que hacer un esfuerzo para ayudar a mi equipo”.
SOLARI FUE SU DERRUMBE
“A partir de ahí, Isco ya no existía para nadie. Ni para el entrenador, ni para los ayudantes, ni para nadie. Nadie me daba explicaciones de por qué de repente dejé de tener minutos y yo cuando le preguntaba directamente a Solari me decía que no pasaba nada, pero que el entrenador decidía. Jugué, me acuerdo, contra el Melilla y sin mediar palabra, me dejó varios partidos en la grada como contra la Roma. Ni siquiera en el banquillo. Me hacía viajar para dejarme sentado viendo el partido en la grada. Y yo no sentí respaldo por parte del club ni de nadie. Y ahora, viéndolo con perspectiva, es cuando veo que me tenía que haber marchado. Pero dejar el Madrid es muy difícil. Porque, como te decía, yo siempre había logrado revertir la situación. Otras temporadas, el club me llamaba para decirme todas las ofertas que tenía por mí, o que iban a fichar a jugadores en mi posición y que iba a tener difícil jugar, pero yo siempre respondí que me había costado mucho llegar donde estaba y que me daba igual, que competía con el que hiciera falta. Pero esta vez fue diferente... Me tenía que haber marchado”.
“Tras uno de esos partidos en los que me había dejado en la grada sin darme ninguna explicación, recibí una llamada suya en la que me dijo que estaba entrenándome bien y que iba a empezar a confiar en mí. Me lo dijo, además, un día que estaba lesionado y no entraba en la lista, pero pensé que igual cambiaban las cosas. Al partido siguiente me dejó de nuevo en la grada, así que realmente no sé si se estaba riendo de mí... Está claro que me equivoqué y debí haberme marchado. Pero había llegado Zidane y con él había rendido bien”, dijo.
LLEGADA DE ZIDANE
Isco no echó balones fuera y asumió parte de su culpa con respecto a su bajo rendimiento: “Zizou llegó en el tramo final de la temporada y no estuve bien, la verdad. Fue un año muy duro por esto que te cuento, yo estaba totalmente desmoralizado. También tras el Mundial, mi cabeza y mi cuerpo no podían. La temporada siguiente empecé sin jugar, pero hubo un clic en mi cabeza y pasó lo de otros años, que empecé a jugar partidos importantes: PSG en Champions, Barça en el Camp Nou, Supercopa en Arabia, contra el City en Champions marqué gol... Estaba volviendo otra vez. Pero después llegó la pandemia. Y tras la pandemia dejé de jugar. Honestamente, fue más demérito mío. Y al año siguiente no estuve bien y se acabaron mis buenos momentos en el Madrid. Con Carletto jugué dos o tres partidos y ya está, pero él fue sincero conmigo y lo acepté. Intenté entrenarme bien y aprovechar los minutos que me daba”.
LLAMADA DEL BARCELONA
Isco llegó a sonar para varios clubes, entre ellos, el Barcelona: “Me llamó Bartomeu y con lo que pagaba Bartomeu en esa época... Pero yo estaba en el Madrid muy bien, con mis compañeros, con un ambiente increíble en el vestuario... Era el equipo de mis sueños, en el que yo había ganado lo que soñaba... No me iba del Madrid ni por todo el oro del mundo. La ciudad, además, es maravillosa. Como he disfrutado en el Madrid, sabía que no iba a disfrutar en otro sitio”.
“En la pandemia, como no teníamos previsión de volver, fue un momento incierto para todos y me relajé. No trabajé en casa como tenía que haber entrenado. Y cuando te dejas llevar en el fútbol, sobre todo ahora que es tan físico, se nota. Y lo pagué. Pero a partir de ahí también te digo que me volví a poner las pilas y trabajé duro, pero el fútbol depende también de entrenadores, de compañeros que están mejor que tú... Y te toca asumir”, se sinceró el futbolista.
¿LISTO PARA EL RETIRO?
“No me retiro. Sea donde sea voy a jugar. Llevo jugando al fútbol desde los tres años y nunca había parado. Hasta ahora. Pero pronto volveré. He tenido ofertas de Italia, Turquía, Arabia, España... Pero no me quería ir a ningún sitio donde no estuviera mentalmente preparado. Ahora sí lo estoy”.
Y dio pistas sobre su nuevo destino: “Priorizo, en esta ocasión, irme fuera. He jugado en Valencia, Málaga, Sevilla y Madrid. Me ilusiona la experiencia de jugar en otra Liga, aprender otro idioma, crecer personalmente también fuera de España... No cierro puertas a nada”.
LE DEBE A LA SELECCIÓN DE ESPAÑA
“Lo veo complicado, la verdad. Pero me encantaría ganar algo con la Selección. Tengo una espinita clavada con eso, porque solo he podido jugar un Mundial. Nunca he estado en una Eurocopa, por ejemplo”.
“¿Por qué no? He visto a Navas, Cazorla y Albiol, que han vuelto en algún momento porque se lo han currado y han jugado bien. No pierdo ni la esperanza ni la ilusión. Tengo ganas de esforzarme y de quitarme la espina de estos últimos años en los que no me he divertido tanto, en los que he estado más apático por también problemas personales... Quiero quitarme esa espinita y dentro de 6, 7 u 8años, cuando me retire, poder decir que supe reconducir los malos momentos. Quiero irme del fútbol de una forma bonita”, añadió.
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