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Al grito de 'Campeones, Campeones', Marcelo, Ramos, Lucas Vázquez, Asensio, Casilla, Casemiro y Morata, entre otros, entraron en la sala de prensa del estadio de Lerkendal (Trondheim, Noruega) y se subieron al estrado, donde estaba sentado Zidane, sobre el que vertieron un recipiente con agua.
El ímpetu con el que saltaron y festejaron hizo que Morata se cayera, aunque se reincorporó pronto y acabó llevándose el balón que posaba sobre la mesa donde estaba sentado Zidane.
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Entre las risas de su entrenador, el grupo de jugadores abandonó el recinto poco después para continuar la fiesta en el vestuario.