Itziar González de Arriba decidió romper el silencio. La nutricionista que trabajó para el Real Madrid hace un par de temporadas concedió una extensa entrevista para el diario Marca en la que revela las malas experiencias que vivió dentro de la entidad merengue.
Los servicios médicos del club le hicieron la vida imposible, a pesar de la enorme satisfacción de los futbolistas con su método y el visto bueno del presidente Florentino Pérez. Esta situación, que acabó siendo insostenible, la acabó llevando a imponer una denuncia por acoso laboral, cuyo proceso judicial sigue todavía abierto.
González de Arriba había trabajado previamente con Dani Carvajal y Rodrygo, quienes lograron dejar atrás sus problemas físicos. "Por lo que yo sé, es el presidente el que pide a los servicios médicos que vaya yo allí en la temporada 2021-22”, recuerda la especialista.
Sin embargo, desde el primer día se encontró con un rechazo total y una actitud hostil por parte del cuerpo médico del Real Madrid. "El primer día me dicen que estoy allí por un capricho del presidente, pero que ellos saben manejarlo y que hace todo lo que ellos quieren, y que van a manipularle para convencerle de que estoy loca y que me eche. No me presentan, no me saludan, no me hablan. Nunca se reúnen conmigo, a pesar de que se lo pido en repetidas ocasiones; no me contestan los correos electrónicos ni los mensajes".
La nutricionista describe un ambiente hostil, sin comunicación ni reuniones, y con continuos mensajes de desprecio hacia su labor. Incluso afirma haber sido acusada falsamente de robar suplementos, un episodio que le generó miedo y la obligó a comunicarse por escrito.
Su trabajo, tal y como explica, debía abarcar desde el diseño del bufé de la residencia hasta las dietas personalizadas y la suplementación del primer equipo por órdenes de Florentino. Pero sostiene que su función fue boicoteado sistemáticamente.
"En el bufé ponen los alimentos que desaconsejo; la camarera se ríe de mí y les dice continuamente a los jugadores que no me hagan caso, que no tengo ni idea; el cocinero no pone lo que le pido y pone lo que le parece, como bollería prepartido; el gerente no compra lo que aconsejo; el chico que tiene que preparar los suplementos pone suplementos diferentes a los que yo digo", asegura.
"Los médicos y fisios les dicen a los jugadores que no sigan mis indicaciones, no me dan información de cómo están los jugadores ni de lo que les dan (medicación, vitaminas, etc.), a pesar de que les insisto para no producir interacciones con los suplementos, ya que podría ser malo para ellos. Se ríen constantemente de mí, se burlan en los grupos de WhatsApp, les dicen a los jugadores que tomen cosas diferentes a lo que yo digo", añade.
A pesar de ello, Itziar destaca la respuesta positiva del vestuario. Relata mejoras físicas evidentes y un creciente interés de los futbolistas por seguir sus pautas. "Hay comentarios muy positivos en el vestuario y los servicios médicos no lo soportan. Hay dos de esos jugadores que me cuentan que se lo dicen directamente al presidente".
"El hecho de que los jugadores lo digan y lo relacionen con las pautas que han cambiado de nutrición y suplementos genera un odio de los servicios médicos y del personal del bufé insoportable para mí. 13 días después de firmar el contrato, pido romperlo y no volver. Pero me dicen desde Dirección que los jugadores y el presidente quieren que siga y que aguante, que ellos lo van a solucionar todo", revela.
SU "INFIERNO" EN VALDEBEBAS
El punto de inflexión llega en un partido contra el Girona cuando "veo al presidente y viene muy enfadado por unas mentiras que le han contado de mí. Para mí se acaba todo ahí. Todo lo que he sufrido para ayudar a los chicos y para que él esté orgulloso, y se cree las mentiras que le cuentan".
Posteriormente, Itziar relata el infierno que vivió: "Me impiden tener contacto con los jugadores, no me dejan ir a los partidos. Me dejan trabajar, pero a escondidas. Desde Dirección se me impide entrar en Valdebebas, según ellos, por mi seguridad física. Trabajo con mucho miedo, sin descanso y muy frustrada, porque siento que lo que hago no vale para nada".
Hoy, inmersa en un proceso judicial, la nutricionista comenta que habla hasta ahora para poder cerrar una etapa marcada por el miedo y la ansiedad.
"Aún tengo pesadillas cada noche. Quiero cerrar este capítulo para siempre y siento que hasta que no lo cuente no lo voy a poder cerrarlo. No se trata de ganar o perder, solo quiero que el presidente, los jugadores y la gente que me importa sepa la verdad", finaliza.