Tras escupir a uno de los árbitros en los pies durante el primer tiempo, el hispanobrasileño continuó mostrando su nerviosismo y acabó expulsado por una bronca con Gareth Barry.
Costa se enfrentó al inglés e intentó morder el cuello, lo que le valió dejar con 10 al equipo de Guus Hiddink, que ya iba perdiendo 2-0, aunque minutos después sería precisamente Barry quien acabaría también expulsado.