Era una final y las finales hay que ganarlas. Un lema que puso en práctica la Selección de Argentina que retrató a Italia en la Finalissima que quedó corto con una goleada de 3-0 para los sudamericanos.
El Wembley Stadium de Londres fue testigo de un repaso de la Albiceleste de Lionel Messi, flamente campeón de América, ante una reina europea que sigue dolida por no clasificar al Mundial de Qatar. El trofeo entre los monarcas de UEFA y Conmebol se va para América.
- Un aviso previo al Mundial -
Argentina mete miedo, y es que cuando el ‘10’ está conectado, La Scaloneta responde. Si bien el primer tiempo comenzó algo trabado, el transcurso de los minutos trajeron la calma al dos veces campeón mundial, que sacó la garra latina en el mítico teatro europeo.
Messi, Lautaro y Di María fueron un dolor de cabeza constantes para la Azurri, que en la despedida de sus leyendas, los centrales Bonucci y Chiellini, sufrieron a la selección con mejor racha en la actualidad (32 partidos invictos).
Fue hasta el 28’ que cayó el primer tanto, orquestado por una gran jugada de Leo que tras un robo en la salida, tomó el balón y lo pegó a su zurda como si fuese un chicle, para después enrrollar al lateral napolitano Di Lorenzo, que solo observó como el astro llegó a línea de fondo y asistió a Lautaro Martínez para que empujara para el 1-0.
La dinámica cambió desde la media hora de partido. Los de Mancini fueron ahogados por la exquisitez de conexión entre Messi y los mediocampistas De Paul y Lo Celso, que como leñadores, cortaban cada aproximación que la Azurri intentaba.
Donnarumma empezó a ser probado, un tiro por aquí y otro por allá que atajaba, pero el que no pudo fue el que vino antes del descanso.
Cuando corría el 45’, el ‘Toro’ fue artífice de una fantástica asistencia para el segundo tanto. Tras un balonazo del portero Dibu Martínez, el delantero Lautaro recepcionó de frente en el mediocampo, se dio vuelta y no pudo ser frenado por Bonucci; vio el espacio, filtró a Di María, que ganó en velocidad a Chiellini y le picó el balón a un Donnarumma que salió muy tarde para evitar la nueva caída de su valla. 2-0.
- El complemento, un recital -
Para los 45 minutos restantes se pensó que la aparidad en el marcador era posible ante la jerarquía que representa el campeón UEFA, pero pasó todo lo contratio: el rey de América se hizo respetar y dio un masterclass de fútbol para los libros de la historia con un orquestador de ‘10’.
Paredes, triangulaciones, transiciones, pases de lujo y cada jugada culminó con remate a portería. El segundo tiempo del partido disputado el 1 de junio del 2022 tuvo como dueño y amo a la Argentina que tuvo el inmueble londinense como si fuese el Monumental: repleto de hinchas albicelestes retumbando en las graderías.
Messi buscó varias veces su gol, Donnarumma le sacó dos remates bravos en el último cuarto de hora. Antes el guardemeta del PSG le hizo frente a dos bombazos de Di María, pero la goleada llegó hasta el final, como todo lo bonito en la vida.
Fue al 90+4’ cuando la cereza en el pastel se puso. El recién ingresado Dybala culminó en gol una buena conducción de Messi, que cedió casi sin querer a ‘La Joya’ que con una rosca al borde del área retrató el 3-0 para sellar el título.
Y como era de esperarse, el genio del fútbol mundial resultó MVP del cotejo, y el Wembley Stadium fue espectador en como la Albiceleste le hizo los honores al Diego, levantando nada más y nada menos que la copa intercontinental ante su mismísima y adorada Italia.
